Renata Díaz Barreiro Castro

Mientras que la digitalización de las escuelas continúa y se mantienen las medidas restrictivas sanitarias para contener la propagación del COVID-19, los niños pasan su tiempo libre en casa, donde el internet les ha brindado la posibilidad de ver videos, jugar e interactuar con sus amigos a través de las diferentes plataformas de redes sociales. Sin embargo, un problema que no ha mantenido una sana distancia durante la pandemia, ha sido el ciberacoso que representa un inminente riesgo para niñas, niños y adolescentes.

De acuerdo con la EUROPOL, las restricciones de viaje y otras medidas durante la pandemia probablemente han provocado que la violencia que se estaba ejerciendo en espacios como la escuela, trabajo o en la vía pública, se trasladen a las redes sociales y se ejerza vía digital. Si bien la crisis de COVID-19 ha provocado un aumento de este tipo de violencia, los niveles altos ya existían antes de la pandemia.

Particularmente, en México, el Módulo de Ciberacoso publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó una tasa de crecimiento del 32% de 2017 a 2019 en víctimas de ciberacoso adolescentes de entre 12 y 17 años. En 2019, el 27% de las y los adolescentes que tienen acceso a internet de este grupo de edad fueron víctimas de ciberacoso.

Las conductas de ciberacoso más reportadas por los adolescentes son mensajes ofensivos (44%), provocaciones para reaccionar negativamente (31%), contacto por identidades falsas o mejor conocido como grooming (31%), e insinuaciones o propuestas sexuales (25%).

Además, 6 de cada 10 víctimas adolescentes reportaron desconocer a su agresor, 37% reportó a un amigo(a) y 18% a un compañero de clase.

El daño resultante de ser víctima de este delito es severo, algunas de las consecuencias pueden ser depresión, ansiedad, descenso de autoestima, desconfianza, cambios de humor repentinos y bruscos, bajo rendimiento académico, aislamiento social y suicidio. Además, es importante mencionar que, particularmente para las personas que comparten imágenes o videos de tipo sexual se puede dar una victimización repetida.

A pesar de que los ministerios públicos han permanecido abiertos en los últimos meses, sólo el 0.2% de los ciberacosos son denunciados ante el ministerio público o policía y únicamente el 5% se reporta con el proveedor de servicio o la plataforma.

Dada la estadística, y con el objetivo de visibilizar y prevenir esta problemática, ALUMBRA, una iniciativa de Early Institute, creó una plataforma digital alumbramx.org que pone al alcance de todos y en un mismo punto consejos para padres, madres, cuidadores y todo responsable de niñas, niños y adolescentes así como información sobre cómo denunciar cuando la violencia en línea ya se ha presentado.

Un problema de tales dimensiones apela a la responsabilidad colectiva y a actuar como guardianes, especialmente de niños, niñas y adolescentes que requieren de protección. Es de vital importancia contar con controles parentales y, como adultos, poner especial énfasis a educación digital, que las niñas, niños y adolescentes conozcan qué información es privada y cuál es pública, así como asegurarse que entiendan que un adulto puede aprovecharse del anonimato de la red, para dañarlos.

Prevenir e identificar un ciberacoso a tiempo es toda la diferencia. Es de vital importancia unificar esfuerzos para garantizar la seguridad y protección de las niñas, niños y adolescentes de nuestro país. No dejemos que caigan en sus redes.