El Covid-19 no sólo ha causado la muerte de miles de mexicanos, también ha golpeado al sector restaurantero. De 10 cadenas importantes en la CDMX, cerraron al menos 10% de sus unidades. Por ejemplo, si un consorcio de hamburguesas tenía 100 locales, 10 cerraron.

Los restauranteros estiman que este nuevo cierre repercutirá en más pérdidas en el sector inmobiliario -el cual ha dejado de recibir más de 120 millones de pesos en el pago de rentas-, imposibilidad para cumplir con el pago de impuestos, y la pérdida de 450 mil fuentes de trabajo.

Francisco Fernández Alonso, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), dijo a 24 HORAS que la situación genera depresión para los dueños y trabajadores, quienes cerraron el 20 de marzo de 2020 y reabrieron con una respuesta de consumo muy baja. Adicionalmente, en diciembre pasado nuevamente bajaron cortinas y están en una situación desesperada.

“La gente se muestra inconforme. Los agremiados me expresan que ya no saben qué hacer, muchos están quebrados. Desgraciadamente esta contingencia no termina y el número de las afectaciones es indefinido. Es algo similar con lo que ocurre con los maratonistas: llegan a la meta deshidratados y en ese momento te dicen que sigas… ya no puedes; ese es el tema de la afectación mayor”.

Respecto a los apoyos que el Gobierno de la CDMX ha otorgado a 11 mil 592 trabajadores para ser beneficiados con un monto de dos mil 200 pesos, Fernández Alonso expresó que todo es bueno y lo agradecen.

“(La jefa de Gobierno) Claudia Sheinbaum ha sido empática, pero esto va más allá de ella. ¿Qué va a hacer el Gobierno federal con este gremio? Que nos ayuden contrarrestando los efectos de esta pandemia, permítannos abrir porque mientras nosotros permanecimos cerrados hubo muchas concentraciones masivas sin control, sin sana distancia”.

Subrayó que de no dar una solución, el problema se va a desbordar porque no pueden permanecer cerrados indefinidamente: “Los restauranteros se están organizando y al rato vamos a perder interlocución. ¿Quién me va a hacer caso?”.

LEG