Con el título de Campeón del Guard1anes 2020, el León escribe una página muy importante en su historia logrando su octava conquista que lo mete al llamado top5 de los triunfadores en la “época” profesional del futbol mexicano, sin embargo, su director técnico Ignacio Ambriz ya había triunfado antes de levantar el trofeo.

El profe Nacho cumple simplemente con un requisito importante para las estadísticas, para la historia escrita, para los llamados resultadistas, pero el ya había ganado desde antes con su trabajo.

Si, porque son pocos los directores técnicos que logran que sus equipos tengan un sello, que logre claramente demostrar en la cancha aquella tan sonada frase de “saber a qué juega”.

Nadie en el medio futbolístico le puede decir a Nacho que sus equipos juegan mal y sobre todo este León, que por dos años ha demostrado estar en lo más alto de nuestro balompié.

Sin embargo, hay que aceptar que este triunfo lo ayuda mucho en su carrera, porque lamentablemente sino se gana hay etiquetas que no se quitan y lo seguirían acompañado el “no sabe ganar”, “falla en los importantes”, es chiquito en las liguillas” sin importar el gran trabajo que ya había realizado con los verdes.

Ambriz ha demostrado una gran madurez, que no tiró a la basura sus experiencias anteriores, como aquellos momentos difíciles con San Luis, Chivas, Querétaro, Necaxa y América que le sirvieron de mucho. 

Como también le sirvieron mantenerse con la humildad de aquel chavo que conocí como jugador del Torneo de los barrios, que jugó en el ascenso, o aquel que fue campeón y estrella del Necaxa o capitán de la Selección Mexicana. 

También aprendió del éxito de ser campeón de Copa con Necaxa y de la Concacaf con las Águilas, donde no pudo cerrar el ciclo exitoso simplemente por querer ser más ofensivo, con un plantel que podía ser ganador, pero no con un esquema tirado para el frente.

Recuerdo muy bien una plática con Nacho donde aceptaba haberse equivocado en el Mundial de Clubes, cuando quiso ganar ampliamente, cuando lo que tenía que hacer era cerrar el partido. 

Le sucedió también con León, recuerdan su eliminación de la Concachampions a manos de Los Ángeles, que no supo cerrar ese juego con una muy buena ventaja y todo lo que se dijo. 

Pues bien, hoy a pesar de ganar, Ambriz será criticado por no jugar la Liguilla de la forma en que jugó el torneo, porque tiró a su equipo más atrás de lo que había aparecido en todo el campeonato, pero también esto era parte del aprendizaje.

Por aquella experiencia de Japón, por las experiencias que le dejaron las anteriores liguillas donde Tigres le ganó un título y donde Morelia lo elimina, ambas oportunidades cerrando de local.

Ahora fue diferente, sin tanto espectáculo, pero la copa está en el club León para alegría de sus seguidores, que lo que menos le exigirán serán las formas, porque ahora era ganar o ganar, para cumplir con los resultadistas. 

El riesgo fue grande, pero sus experiencias lo llevaron a cerrar los partidos, el perder borraría sus buenos torneos, increíble pero cierto y si perdía con su equipo defendiendo la crítica sería peor, pero se la jugó, no se traicionó, aplicó todo lo aprendido y hoy puede decir misión cumplida y presumir lo más importante su trabajo, con una gran cereza en el pastel que es el trofeo Guard1anes 2020.

Ganó Ambriz de todas formas. Felicidades.

 

                                                                                                        @raulsarmiento