Foto: Reuters La elección de ayer con pocos participantes cierra un ciclo que comenzó en 2015, cuando la oposición ganó el parlamento por mayoría, pero sus poderes fueron barridos por decretos oficiales, decisiones del Tribunal y la creación, en 2017, de una constituyente oficialista.  

Venezuela late de nuevo en la palestra política con la maniobra del régimen de Nicolás Maduro para hacerse del control de un bastión que le hacía falta en el rompecabezas político de dominación estatal: el Parlamento.

Los comicios legislativos de ayer quedaron marcados por la poca afluencia y las denuncias de naciones occidentales sobre un presunto fraude.

Unos 20.7 millones de venezolanos están inscritos para votar en 14 mil 221 centros en todo el país, según datos del Consejo Nacional Electoral, que también elevó el número de curules de 167 a 277. El nuevo Congreso asumirá el 5 de enero de 2021, por cinco años.

Pasada las 16 horas, el oficialismo comenzó la denominada “operación remate”: búsqueda de personas para que acudan a los centros de votación, ante una baja afluencia.

“Llamo a la operación remate (…) a buscar, a buscar, a buscarlos a todos”, dijo Maduro en una llamada a la televisión estatal. Una hora después, la vicepresidenta Delcy Rodríguez estaba en Caracas caminando e invitando a votar.

Y es que la oposición no participó bajo el argumento de falta de garantías. El presidente actual del congreso, Juan Guaidó, reconocido por decenas de países como presidente legítimo, pidió a la población abstenerse de votar, y que sí participe el 12 de diciembre en una consulta para rechazar al Gobierno y esta votación.

FRASE
“Hoy la mayoría le dio la espalda a Maduro y a su fraude. La crisis se va a profundizar y estamos obligados a mantenernos de pie hasta lograr soluciones”
Juan Guaidó,
Líder opositor venezolano

LEG