Mantener el prestigio y mejorar el modelo académico del Instituto Politécnico Nacional (IPN) procurando la eficiencia de los recursos es una de las apuesta de Marco Flores, aspirante a la dirección general.

En una entrevista con 24 HORAS comentó que si bien el presupuesto en educación es una inversión, éste nunca será suficiente, por lo que se debe optimizar su distribución.

Asimismo, expresó su afinidad al proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador “porque hay mucho de donde nos identificamos, incluso tenemos brigadistas que hacen su servicio social en los lugares más apartados, con la población más vulnerable”.

¿Es como dicen, un hijo en el Politécnico?

-Sí. Mi familia, mis hermanos y muchos amigos. Me tocó dar clases en el UPIICSA cuando se fundó; en la ESCA (Escuela Superior de Comercio y Administración) colaboré con algunos directores generales.

Creo que cada director ha puesto lo mejor de su esfuerzo y el Politécnico se ha superado, pero hay cosas pendientes que pueden lograr esa excelencia.

¿Cómo puede participar el Politécnico en el desarrollo y avance del país?

-Durante estas últimas 7 u 8 décadas, hay grupos de ingenieros egresados del Politécnico que han sido claves (…), tuvimos una de las primeras red de telecomunicaciones más eficientes del mundo; en aeronáutica tenemos gente distinguida y ahora es una de las ramas en las que el país.

¿Cómo mantenerse como factor importante para el desarrollo del país, sin tener tantos recursos?

-Precisamente yo hablo de un proyecto que esté muy focalizado a eficientar la estructura administrativa, a trabajar con el mensaje central que ha mandado el Presidente, que es la austeridad.

Se pueden canalizar más recursos hacia las actividades sustantivas, hacia más investigación científica, hacia a más proyectos de desarrollo tecnológico… El gasto en educación nunca va a ser suficiente, pero debemos tener imaginación, creatividad, conocimiento y experiencia para hacer lo que se requiere.

¿Se puede o no se puede ser una institución de calidad con pocos recursos?

-Cuando hay recursos y no son bien aprovechados y no hay una rendición de cuentas hacia la misma comunidad politécnica, estamos en el dilema de que se necesitan más recursos.

El objetivo sería manejar con austeridad una institución de este tamaño, pero conservando la calidad y el prestigio, su excelencia académica; fortalecer las carreras tradicionales, las ingenierías y todas las nuevas carreras como robótica, mecatrónica. Tenemos que reorganizarnos para fortalecerlo y en vez de tener 20 (cursos) de una misma especialidad, tener 10 pero con una excelencia.

Generalmente se pone en el segundo del debate la necesidad de que una institución como el IPN sea autónoma, ¿cree que puede tener mayor autonomía por ser un órgano descentralizado?

-Es un proyecto que podría ser viable. En el movimiento de 2014 quedaron algunas pendientes, sobre todo algo que demanda mucho la comunidad, qué es democratizar al Politécnico.

En esta ocasión es especialmente una distinción y un orgullo para los politécnicos que el Presidente vaya a nombrar -por nuestro origen cardenista- al director.

¿Cómo mantener el prestigio en un entorno como en el que estamos viviendo?

-Focalizo la parte académica para mantener ese prestigio y aún mejorarlo, fortalecer nuestras tradicionales ingenierías. Por decirle una idea vagada, crear carreras de excelencia con los mejores científicos. Buscar esas cátedras que el politécnico si no las patrocina igual por lo menos las promueva y que en última instancia le puedan resultar para ingresos extraordinarios.

¿Ha pensado en un programa para generar más patentes?

-Sí, ese sería el objetivo final, desde la parte del desarrollo tecnológico, no sólo hay que emprender proyectos que sean viables e innovadores, lo que hay que hacer es tratar de que se llegue y tener patentes, porque finalmente es el sello, el boleto de acreditación nacional e internacional ante la industria, que puede generar recursos para la misma institución y para los propios investigadores.

FRASE
“(Que) el Politécnico que siga siendo la institución rectora, tecnológica del país (…) y que esté entre las mejores tres instituciones de educación superior de México y de América latina; lo dejaremos a nivel mundial ¿Por qué no?”

LEG