El Gobierno federal y el de la Ciudad de México han privilegiado la recuperación económica antes que la prevención de los contagios de Covid-19.

Por una parte la decisión es entendible.

Volver al confinamiento en la Ciudad, que aporta el 19% del PIB, implicaría profundizar la caída de la economía a nivel nacional.

Y de paso sepultar a otros miles de negocios que dependen de sus ventas en esta temporada para sobrevivir, ya que el Gobierno se ha negado a apoyarlos.

Como dijo López Obrador, “que quiebre el que tenga que quebrar’’.

Con el repunte de contagios y muertes, la mitad de los estados del país deberían estar en rojo, de vuelta al confinamiento.

La razón por la que no se hace no atiende factores de salud sino estrictamente económicos.

Habrá quienes piensen que hacen lo correcto y otros que son responsables -o irresponsables- de contagios y muertes.

La Ciudad de México, por ejemplo, con los números que presenta debería haber decretado el confinamiento desde por lo menos dos semanas, pero la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, le ha sacado más derivados al color naranja que grises tiene el negro.

Como en el cuento de “Pedro y el lobo’’, Sheinbaum advierte cada semana que “estamos en naranja pero en alerta máxima’’. ¿Qué es eso?

Con todo, Sheinbaum dio un importante paso en la contención al ordenar la realización masiva de pruebas para detectar contagios, que fue lo que recomendó en febrero la Organización Mundial de la Salud.

Además aumentó de 120 a 200 el número de colonias con más contagios para imponerles marcaje personal.

Pese a ello, la jefa de Gobierno no podrá seguir estirando la liga: o toma medidas radicales o en dos semanas tendrá colapsados los hospitales de la capital, por más optimistas que sean su jefe y el zar de la pandemia.

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Hablando de medidas preventivas, el Consejo Estatal de Salud de Sonora, encabezado por su gobernadora, Claudia Pavlovich, aprobó el acuerdo “Por una Sonora en Semáforo Verde’’, con el que se busca fortalecer las acciones de los tres órdenes de Gobierno para contener contagios y muertes causados por Covid-19.

Se trata de un mapeo bajo el nombre de “Mapa Sonora Anticipa’’ con el cual se pretende regionalizar el nivel de riesgo de acuerdo al comportamiento de la pandemia en cada municipio.

Este esquema no se contrapone al semáforo nacional, pero define con base a porcentajes de positividad, ocupación hospitalaria y número de fallecimientos, el nivel de riesgo en el que se ubica cada municipio: bajo, medio, alto y máximo.

Suerte con el programa.

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En el Senado sigue trabada la selección del nuevo presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), debido a las distintas fuerzas políticas no han llegado a un consenso.

Así que mientras se ponen de acuerdo, Adolfo Cuevas seguirá como presidente, con la grilla a todo lo que da.
En julio pasado, en plena pandemia, un grupo de comisionados del IFT promovieron una modificación al Estatuto Orgánico del Instituto para limitar la facultad del presidente interino en la designación de funcionarios.

A ver.

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Cada vez más en las giras del presidente López Obrador las quejas y reclamos sustituyen a las porras y vivas de las primeras semanas.

Lo que pasó en Mexicali -que no olvidará Jaime Bonilla-, es la muestra del hartazgo de una parte de la población que se siente abandonada por el Gobierno de la 4T, sobre todo en materia de salud y seguridad.

López Obrador dirá que las protestas fueron organizadas “por los conservadores’’ que quieren impedir “el avance de su Gobierno’’.

A lo mejor solo es un señor, señora, joven, un trabajador común y corriente que le reclaman las promesas.

LEG