Día tras día, miles de mujeres son violentadas por hombres, tal es el caso de Antonia Fernández, de 35 años, divorciada y madre de una niña de tres años.

Desde que recuerda –dijo– ha padecido esa situación.

Su padre la discriminó por ser mujer, pues no recibió el mismo trato que sus hermanos y sólo la dejó cursar hasta la secundaria porque “para qué quería estudiar más” si su marido la iba a mantener.

Los constantes insultos y, en ocasiones, golpes, hicieron que a los 16 años decidiera irse a vivir con su novio, con quien pensó que las cosas serían diferentes.

En una entrevista con 24 HORAS, Antonia contó que al principio todo iba bien, pero a los seis meses él se volvió celoso y posesivo; no quería que ella continuara estudiando la preparatoria, le prohibía usar faldas o vestidos, no le permitía maquillarse y ni siquiera salir a la calle sin su consentimiento.

“No podía defenderme, tenía miedo de llevarle la contra y que pudiera golpearme, así que aguanté cada cosa que me hizo”, expresó.

Tras cinco años de relación, Antonia decidió huir de aquella casa y pidió ayuda a su tía, quien vive en Guanajuato. Fue ahí donde concluyó la preparatoria, comenzó la universidad y conoció a Carlos.

A los pocos meses de novios, optaron por vivir juntos y al año de conocerse, se casaron y se mudaron a la Ciudad de México, donde él había encontrado trabajo.

“Mi vida dio un giro de 180 grados, mi esposo cambió; cuando le dije que estaba embarazada, me soltó una bofetada y me dijo que debí cuidarme porque no estaba en sus planes tener un hijo”.

Luego del nacimiento de su hija –narró–, Carlos se volvió más violento “me decía que mi embarazo vino arruinar todo, si él llegaba y no estaba la comida lista, me pegaba con lo primero que encontraba en la casa”.

El punto de quiebre ocurrió una noche, cuando llegó borracho e “intentó forzarme a tener relaciones sexuales; me golpeó tan fuerte que perdí el conocimiento. A lo lejos escuché a mi hija llorar”.

Por ello, optó por divorciarse; “sé lo valiosa que soy como mujer y eso es lo más importante”.

Frase

“Decidí tomar las riendas de mi vida, me divorcie e interpuse una denuncia por maltrato familiar”

LEG