Héctor Zagal
 

(Profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)

Silbar es un arte. Tanto así que hay concursos de silbido y varios músicos han afirmado que sus composiciones empezaron con un chiflido. El silbido puede obtenerse con los labios fruncidos, usando los dedos, doblando el labio inferior, usando las manos como caja de resonancia o pasando el aire a través de los dientes. ¿Ustedes cómo lo hacen?

Silbar puede ser una manera de comunicarnos. Así llamamos la atención de alguien. En México, no me dejarán mentir, tenemos una habilidad para ello. Sin embargo, hay lugares donde no es sólo cuestión de diversión, sino una materia del colegio. En La Gomera, de las Islas Canarias, la tradición del silbido es muy respetada porque consiste en un sistema completo de comunicación.

No se sabe con exactitud cómo se originó el silbo gomero, pero cuando colonizadores europeos llegaron a La Gomera en el siglo XV, los habitantes, de origen africano, ya se comunicaban con silbidos. Los españoles habrían adaptado el lenguaje de silbidos al español. En un territorio con valles altas montañas, era más práctico silbar un mensaje urgente que mandar a un mensajero. El silbo gomero ahora es un atractivo histórico y turístico, pues con silbidos los habitantes de La Gomera pueden platicar, contarse su día, felicitarse o pedir que les traigan una botella de vino tinto.

El silbo gomero reemplaza las 24 letras del alfabeto con 2 vocales silbadas y 4 consonantes. Como podrán imaginarse, hay palabras que se silban de igual manera, sin embargo, el contexto es lo que determina su significado. Así, un silbido en tierra puede interpretarse como “gallina”, mientras que el mismo, en el mar, puede interpretarse como “ballena”.

El lenguaje silbado también puede encontrarse en Antia, Grecia, en la localidad de Kursoy, Turquía, en algunas partes de los pirineos franceses y en pueblos africanos, por mencionar sólo algunos ejemplos.

Como les decía, en México somos hábiles para los silbidos y chiflidos. Pero no nos quedemos con esos que cruzan las calles de la ciudad, especialmente en intersecciones difíciles en hora pico. Vayamos a la sierra mazateca de Oaxaca, hogar del mazateco silbado. Antes de los teléfonos celulares, las líneas telefónicas fijas y otros medios de comunicación a distancia, la manera más sencilla de comunicarse en la sierra eran los silbidos. Ya sea de cerro a cerro o de esquina a esquina, algunos habitantes de la región mazateca silban entre ellos para llamarse a comer, dejar un recado o saludarse. Sin embargo, la imposición del castellano, de la mano con cierto desdén hacia las lenguas originarias, y los avances tecnológicos de los medios de comunicación, han disminuido su uso. En la región chinanteca de Oaxaca también existe el chinanteco silbado. De hecho, algunos estudios geolingüísticos en nuestro país revelan que varias lenguas originarias son o han sido tanto habladas como silbadas.

Imaginen hablar como un ave. ¡Qué maravilla!

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana