Sin duda, la recuperación registrada del peso mexicano desde que tocó niveles de $25.75 en abril pasado ha sido extraordinaria. Hablamos de un 20% al ubicarse en niveles de $20.48 en el mercado interbancario en siete meses.

En ocasiones, la lógica no funciona. Una economía en fuerte contracción, caída de la inversión pública y privada respecto al PIB, la falta de certeza jurídica ante acciones y/o cambios generados por el Gobierno federal e instituciones, presiones fiscales hacia empresas y empresarios, entre otras cosas, pareciera que fuera suficiente para ver un peso mexicano muy presionado al alza. Sin embargo, el peso mexicano ha hecho todo lo contrario.

Le favorece sin duda el “spread” en tasas de interés que existen en México y Estados Unidos, el hecho de que la Fed mantenga las tasas de interés muy cercanas a cero por ciento, la tasa riesgo país en su nivel más bajo en todo el proceso Covid-19 y un índice dólar que ha mostrado cierto retroceso en el año favoreciendo la apreciación de divisas.

Mientras no veamos una aversión al riesgo global, el peso mexicano competirá por flujos vs otras divisas emergentes. Mientras la Fed mantenga el objetivo de tasas de interés casi en cero por ciento, reduce los riesgos de muy alta volatilidad.

Por todo esto, consideramos que la tasa de interés de México ya está muy cerca del final de su ciclo de baja. Sea en 4.00% o 4.25%, dará oportunidad para mantener cierta tranquilidad en los flujos de inversión globales.

De corto plazo, consideramos que la zona de $20.00 – $19.80 servirá como piso en estos meses y podríamos ver en breve, posibles rebotes técnicos hacia los $21.00 en primera instancia y posiblemente a $21.75.

Daríamos una baja probabilidad de ocurrencia al hecho de ver una caída del índice dólar y en ese caso, el peso mexicano pudiera favorecerse para pensar en una zona de $19.50 a $19.30 como soporte.

Hoy veremos lo que hará Banxico en cuanto a su política monetaria, bajar 25 puntos la tasa de interés a niveles del 4.00% o mantenerla sin cambio.

Adeudo en ISSSTE Edomex

El ISSSTE sigue dando de qué hablar día tras día. A finales de octubre el presidente Andrés Manuel López Obrador instruyó al titular, Luis Antonio Ramírez Pineda, al director Normativo, Ramiro López, y al director de Administración y Finanzas, general Pedro Lohmann, que se pusieran de acuerdo para rescatar al Instituto.

El Presidente se enfocó en rehabilitar las clínicas e incluso aseguró que no faltarían recursos; sin embargo, no estaría de más voltear a ver a detalle la situación financiera, sobre todo al tomar en cuenta, que desde diversos sectores y servicios, han dado a conocer una serie de impagos.

Entre estos casos se encuentra Ocram Seyer, empresa que a pesar de encargarse del aseo de las instalaciones de la Delegación Estatal en el Estado de México, le deben más de seis meses en una bolsa acumulada por 8 millones 997 mil pesos.

El problema es que la situación es tan crítica, que se verán obligados a cortar el servicio de limpieza el próximo 16 de noviembre si el pago correspondiente no llega a más tardar un día antes, y no es para menos, ya que no se trata de un asunto de mala fe sino de falta de solvencia para dar continuidad a las actividades.

Se trata de un asunto en extremo delicado, sobre todo porque la compañía habría cumplido en tiempo y forma con los insumos, personal y obligaciones que le fueron encargadas, además de atender el llamado presidencial para proteger a los trabajadores ante la pandemia del Covid-19.

                                                                                                                     @1ahuerta