Como se ha venido señalando, la divisa nacional ha venido registrando fuertes presiones por factores externos e internos que al final de cuentas la llevan a borrar las apreciaciones que llegó a tener en el año de hasta casi 9% y estar presionando niveles de $20.00.

La fortaleza del dólar a nivel global ha sido el punto inicial para que el peso haya revertido la tendencia de apreciación de los primeros meses. Desde el 17 de abril pasado se ha apreciado 5.6% teniendo efecto en este mismo período sobre una depreciación de monedas desarrolladas como el euro (4.2%), la libra (5.5%), el yen (2.0%), el yuan chino (1.4%), así como con monedas emergentes y latinas como el real brasileño (5.6%), el peso argentino (11.7%) y el peso mexicano (8.5%).

Sin embargo, en años electorales, entre abril y junio previo al día de las elecciones, el peso mexicano tiende a depreciarse, en promedio, de 10 a 13% respecto a los niveles mínimos registrados en los primeros meses del año. En este caso, el mínimo lo presentó en 17.93 a la venta en la parte interbancaria.

La diferencia ahora resulta del momento que se vive con las encuestas en donde el riesgo de un cambio de modelo económico más centralizado y una afectación al libre comercio, a la competitividad y a la confianza del inversionista y del consumidor, el movimiento pudiera tomar otras dimensiones con una perspectiva hacia el mediano plazo.

Además, el TLCAN es muy importante para México. Forma parte de la propia estructura de la economía. El comercio exterior de México representa un peso relevante en términos de lo que representa en el PIB y el empleo. El intercambio con Estados Unidos representa cerca de 40% de nuestra actividad global.

Es muy probable que en el transcurso de las siguientes dos semanas tengamos noticias más en firme sobre si se alcanza un acuerdo preliminar o se extiende el plazo de negociación, con lo que se dificultaría ya la autorización de los Congresos tanto en Estados Unidos como en México. Por eso mayo es un mes relevante para definirlo.

Los tres eventos son muy importantes para el desarrollo de la divisa nacional. Un acuerdo del TLCAN podría ser un soporte para evitar depreciaciones más aceleradas, aunque sabemos que de ser necesario, el Banxico y la Comisión de Cambios estarían tomando acciones para evitar un mayor deterioro, que al final tenga incidencia en la inflación futura y en la confianza del inversionista y del consumidor.

Técnicamente, el peso tendría aún posibilidades durante mayo y junio de buscar una zona entre 19.75 y 20.30, cuando debería frenar cualquier depreciación y entrar a un sano proceso de consolidación. En ese proceso veríamos el nivel de riesgo futuro o, bien, el peso tomaría un proceso de mayor estabilidad. Los tiempos se acercan para evaluar dicho movimiento. En caso de ser positivo, la zona baja de 19.10 a 18.60 se vuelve un soporte o piso interesante nuevamente.

Juan Ángel Espinosa