Programa institucional de la UNAM En la UNAM existe el Programa de Investigación de Cáncer de Mama, cuyo principal objetivo es trasladar conocimiento que se genera en los laboratorios del del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) (en Ciudad Universitaria y en sus sedes periféricas de los institutos nacionales de salud) al área clínica en los hospitales.
“Es común que los estudios básicos se realicen en cultivos de células o en modelos de ratones. Pero la traslación a los humanos no se puede hacer si no se tiene la colaboración de médicos clínicos que estén viendo pacientes, por eso practicamos la medicina trasnacional, que va del laboratorio a la clínica y viceversa”, precisa Alejandro Zentella Dehesa, investigador IIBO de la UNAM.
Explica que, hasta ahora, este programa universitario tiene cuatro estrategias para estudiar el cáncer de mama, a partir de su nivel más básico.
La primera es establecer una relación entre el cáncer de mama y alteraciones metabólicas ligadas a la obesidad y al sobrepeso, estudio se realiza en colaboración con la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
“Hemos encontrado que mujeres con sobrepeso y obesidad, que empiezan a tener problemas con la respuesta a la insulina y toman un medicamento llamado metformina, desarrollan un suero neutralizante del tumor en un bioensayo que tenemos montado in vitro”, comenta el también coordinador de la Unidad de Bioquímica del INCMNSZ.
Esto es importante porque en los últimos diez años se sabe que la metformina protege a algún grupo de mujeres con sobrepeso para el desarrollo de cáncer de mama, y han encontrado que quienes se benefician son pacientes con una sintomatología diabética.
“En estas mujeres la administración de dicho medicamento puede tener un efecto preventivo, que es una de las metas más ambiciosas del tratamiento del cáncer”, añade.
Detalla entonces la segunda línea de investigación: “El laboratorio de Alfonso León del Río (también del IIBO) ha identificado varias proteínas asociadas al receptor de las hormonas femeninas. Una de ellas hace que las células en el laboratorio se vuelvan resistentes al tratamiento clásico, que es un inhibidor.
“La expresión de esa proteína en modelos animales era de muy mal pronóstico, y se comenzó a probar en pacientes por primera vez. En colaboración con el grupo de Raquel Gerson en Oncología del Centro Médico ABC, los hallazgos muestran que esta proteína se expresa normalmente en la mama (algo que no se sabía) y comienza a tener una distribución aberrante cuando se asocia a cáncer”.
Zentella Dehesa añade que se encontró un subgrupo de pacientes en donde la proteína se expresa en forma anómala. Ahora se quiere hacer un estudio prospectivo con pacientes con diagnóstico nuevo de cáncer para buscar esta proteína y los receptores.
“Se le daría un seguimiento muy particular a estas pacientes, que sí expresan la proteína no serían candidatas a un tratamiento clásico porque serían resistentes”, señala.
AR