Entre el desconocimiento del comercio electrónico y la premura, artesanos de Capula luchan por mantener vigente este año la Feria de la Catrina, pese a las restricciones en la movilidad y el turismo impuestas por la pandemia de coronavirus (Covid 19).

Alejandro Jacobo Pineda, presidente del patronato de la Feria de la Catrina, refirió que, al igual que otros eventos masivos, el escaparate fue cancelado en su modalidad presencial; sin embargo, de la mano con la Secretaría de Turismo de Morelia se pretende lanzar una edición híbrida, con una mayor presencia de la comercialización en línea de las piezas, en especial, las tradicionales catrinas.

 

La propuesta de incursionar en el comercio electrónico, no obstante, implica la resolución de problemas como el desconocimiento de los procesos y los mecanismos para ofertar, en la gran red, las piezas artesanales, en condiciones de seguridad para compradores y vendedores.

Además, la determinación de realizar la Feria de la Catrina mayormente a través de un catálogo en línea, donde se exhibirán imágenes de las obras y los datos de contacto de los artesanos, se tomó con poco tiempo de antelación, por lo que no fue posible generar una página web específica para los artesanos.

“Muchos desconocemos la cuestión virtual, vamos a ver qué sale; también nos dijeron en la Secretaría de Turismo municipal que es difícil tener una página web, con todas las características que necesitamos, en poco tiempo, así que el acuerdo fue empezar con un catálogo donde los clientes podrán contactarse de manera directa con los artesanos”, reiteró Alejandro Jacobo.

La pretensión es que estas herramientas sean permanentes, por lo que se espera que su construcción, en una segunda etapa que comprendería la incorporación de plataformas de pagos como E- Bay, continúe una vez que finalice la temporada de Noche de Muertos.

Hasta el momento, son cerca de 50 los alfareros de Capula que se han integrado al catálogo, que, a dos días del arranque de la Feria de la Catrina en su edición híbrida, aún está en elaboración.

Jacobo Pineda expresó que el grueso de la Feria de la Catrina se concentrará en la promoción del catálogo virtual, aunque se llevarán a cabo algunas actividades presenciales en la tenencia de Capula, como el concurso de catrinas, del 25 de octubre al 3 de noviembre; la venta de artesanías y gastronomía los fines de semana, y algunas grabaciones para difundir en redes sociales.

Por su parte, la Feria de la Catrina este año tendrá lugar del 18 de octubre al 3 de noviembre, con metas inciertas, al ser 2020 el primer año que no se tendrá una exposición y venta presencial.

Plataformas digitales, desconfianza y desconocimiento Considerado como uno de los canales con mayor crecimiento a raíz de la pandemia de Covid 19, el comercio electrónico es aún poco familiar para diversos sectores sociales, entre los que destacan los artesanos. Carlos Ayala, artesano de Capula, expresó que es complicado que el sector artesanal incursione de forma plena en el comercio electrónico, debido a que en su mayor parte se constituye por adultos mayores, que desean mantener los procesos tradicionales de elaboración y venta de sus piezas.

“Nos pide alguien en Estados Unidos 20 piezas y nosotros solicitamos un anticipo, pero cómo nos van a mandar dinero, si no nos conocen; igualmente, cómo vamos a enviar el trabajo a alguien que no sabemos quién es”, mencionó. Para muchos, las ventas en línea son una oportunidad de mantener e incluso aumentar las ventas de artesanías, pero otros las ven como un medio que conlleva mayores problemas que beneficios, al no estar familiarizados con las tecnologías de la información y la comunicación, carecer de acceso a Internet y equipo de cómputo, no estar bancarizados, entre otros.

“Son muchas las cosas por resolver, por explicar y por enseñar, y, sobre todo los mayores, muchos no van a estar de acuerdo”, insistió. Pese a que esta transición podría ser apuntalada por organizaciones o instituciones gubernamentales que apoyaran a los creadores en el conocimiento y uso de las herramientas tecnológicas, no se dispone de este acompañamiento actualmente.

“Muchos no saben ni escribir, están acostumbrados a vender a gente que tratan cara a cara, es difícil que esto cambie en el corto plazo”, afirmó.

PAL