Foto: Reuters Además del cañón de Ceilán, hoy Sri Lanka, el museo tiene un diamante de 36 quilates que fue saqueado en 1875 por soldados holandeses del sultanato de Banjarmasin, que ahora forma parte de Indonesia, en la isla de Borneo.  

Un cañón que una vez saludó a un rey cingalés y un diamante robado a un sultán indonesio son algunos de los miles de objetos incautados durante la era colonial, cuyos legítimos propietarios las autoridades holandesas intentan localizar.

Pero establecer quiénes son esos propietarios puede ser complicado, argumenta el Rijksmuseum de Ámsterdam.

Dice que al menos 4 mil piezas de sus colecciones tienen vínculos claros con el imperio colonial del país, que se extendió unos 300 años desde mediados del siglo XVII y cuyos principales centros de poder se encontraban en el sudeste asiático y el Caribe.

La directora de Historia del Rijksmuseum, Valika Smeulders, apoyó los planes del Gobierno de corregir lo que una comisión independiente calificó como el “error histórico” de mantener objetos valiosos tomados por la fuerza durante esa época.

“El museo está aportando nuevos conocimientos, nuevas maneras de lidiar con el pasado y de mirar estos objetos (…) Estamos tratando de derribar las paredes del museo”, afirmó.

Los holandeses planean establecer un centro de investigación independiente como una base de datos para el arte de la era colonial, que incluya de dónde vino y cómo se obtuvo, lo que no es fácil.

 

LEG