Dr. Héctor Zagal

Repetición y olvido
Héctor Zagal
(profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)

Este viernes 9 de octubre se cumplen 53 años de la muerte de Ernesto “Che” Guevara, quien murió asesinado a tiros en Bolivia. Las fotografías del “Che”, sobre una plancha, con el torso descubierto y los ojos abiertos, son mundialmente famosas. Sin embargo, la imagen más famosa del comandante Guevara, en sus diferentes ediciones, es la del fotógrafo Alberto Korda. En ella se ve a Ernesto con la mirada profunda, la mandíbula apretada, la barba tupida y el pelo salvaje cubierto por una boina con la estrella del comandante. Esta imagen es probablemente una de las más reproducidas en el mundo.

Está presente en miles de playeras, gorras, tasas, litografías, llaveros, estampas, sábanas…Cualquier superficie es buena. Inevitablemente pienso en Andy Warhol y sus sopas Campbell’s cuando veo, una y otra vez, el rostro del “Che”. Warhol deliberadamente buscaba alterar el sentido de un objeto al reproducir su imagen cientos de veces, alterando sus colores, deformando sus dimensiones. Podía hacer pasar lo solemne por burla y lo cotidiano por sacro. Warhol sabía que la reproducción en masa de una imagen desgastaba su sentido. El rostro del “Che”, reproducido hasta el cansancio,

eventualmente deja de ser el rostro del “Che” y pasa a ser una forma vacía, abierta a expresar algo más allá de sí misma.

¿Es importante saber quién fue Ernesto Guevara para usar su imagen? Yo digo que sí. ¿Es conveniente conocer sus posturas políticas y sociales para abanderar un movimiento con su imagen? Sí conviene. Se les comento, porque el otro día vi una bandera del orgullo LGBTTTIQ+ con el rostro del “Che” estampado.

La imagen, repetida irreflexivamente, deja de representar a la persona y a su historia. Quienes la estamparon no sabían, supongo, que tanto Ernesto Guevara como Fidel Castro no veían compatible la homosexualidad con su idea de “hombre nuevo”, aquel que surgiría de las cenizas de la revolución y tendría la “virilidad” necesaria para construir un futuro mejor, comunista. No es ningún secreto que durante los años sesenta en Cuba, se levantaron campos de trabajos forzados en los que se encerraron a homosexuales y a quienes necesitaban desintoxicarse de otros hábitos burgueses (sic).

La repetición de una imagen o de una palabra va desgastando el significado de lo que representan. Imaginemos un sello. La primera impresión que se obtenga de un sello entintado será nítida, pulcra, fuerte. Si hacemos una segunda impresión, sin entintar nuevamente el sello, la imagen lucirá más débil y tenue si la comparamos con la primera. Si continuamos estampando el sello nos damos cuenta que poco a poco empieza a difuminarse su imagen, se pierde en el papel. La última impresión, respecto a la primera, ya no transmitirá el mismo sentido, sino uno desgastado y distorsionado.

Por ello, cuando usemos una palabra, una imagen o un símbolo, conviene conocer su significado original y su historia. El lenguaje sí importa.

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!
@hzagal

LEG

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana