FOTO: CUARTOSCURO/ARCHIVO 71% de las personas que han estado hospitalizadas por COVID-19 tenían por lo menos una enfermedad cardiometabólica subyacente  

Guadalajara, Jalisco, septiembre 30 de 2020.- El corazón y los pulmones funcionan como un equipo para mantener al cuerpo oxigenado. Cuando una enfermedad respiratoria como la Covid-19 afecta a los pulmones, el corazón también puede verse impactado, especialmente en aquellas personas que tienen enfermedades cardiometabólicas como la hipertensión o la diabetes mellitus tipo II, o han sufrido eventos cardiovasculares o infartos previos.

En México, las enfermedades cardiacas ocupan la primera causa de muerte. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cada año fallecen 140 mil mexicanos por padecimientos del corazón. La dislipidemia, la hipertensión, la diabetes mellitus tipo II y la obesidad y el sobrepeso, son los principales factores de riesgo para desarrollar una cardiopatía.

En el marco de la conferencia virtual “Enfermedades cardiometabólicas y COVID-19”, la Dra. Irma Luisa Ceja Martínez, médico especialista en medicina interna y Gerente Médico de Endocrinología y Nutrición de Grupo PiSA, explicó que toda enfermedad viral, como es el caso de COVID-19, produce una respuesta inflamatoria que incrementa el esfuerzo que deben realizar los pulmones y el corazón para oxigenar al cuerpo, ocasionando complicaciones que afectan a la circulación sanguínea y por lo tanto a riñones, corazón, cerebro y demás órganos.

Los datos de un meta análisis publicado en abril de 2020 de la experiencia en Wuhan, China, mostraron que el 71% de las personas que estuvieron hospitalizadas por COVID-19 tenían por lo menos una enfermedad cardiometabólica subyacente, y de aquellos que ingresaron a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), cerca del 78% también presentaban comorbilidad. Estudios subsecuentes confirmaron lo anterior, encontrando que pacientes con hipertensión presentan un riesgo cuatro veces mayor de requerir hospitalización que aquellos que no viven con esta condición.

“Las Enfermedades No Transmisibles (ENT) como la diabetes, la obesidad, la dislipidemia y la hipertensión arterial que no están controladas producen una inflamación crónica y las infecciones como la COVID-19 también lo hacen, razón por la que se duplica el riesgo de complicaciones. Además, en algunos casos COVID-19 también puede generar problemas de coagulación, es por eso que se hace el llamado a la prevención y control de las enfermedades cardiovasculares”, dijo la Dra. Irma Ceja, ex presidente del Colegio Mexicano de Medicina Interna, Capítulo Jalisco.

Por su parte, nutrióloga Karen Cecilia Picazo Huerta, Coordinadora de Nutrición de Bodylogic, empresa de Grupo PiSA, dijo que llevar una alimentación alta en vitaminas y minerales es básica mantener la buena salud del corazón y el organismo en general.

“Una correcta alimentación es fundamental para combatir cualquier tipo de enfermedad que se nos pueda presentar. El consumo de antioxidantes, por ejemplo, promueve la salud cardiovascular pues evita la oxidación de las células. Si queremos incrementar nuestra respuesta inmunitaria ante los virus, consumir una combinación de vitamina D3 y magnesio puede ser de mucha ayuda”, abundó la licenciada en nutrición egresada de la Universidad del Valle de Atemajc (UNIVA).

Para potencializar el sistema inmunológico, Picazo Huerta sugirió la ingesta de glutatión, un poderoso antioxidante que se recibe de la leche materna al nacer y que el cuerpo humano no puede producir por sí sólo, por lo que se va perdiendo con la edad.

“El B – Glutation es un suplemento que contiene proteína y otros ingredientes que favorecen la inmunidad. Se recomienda mucho para las personas que tiene defensas bajas debido a tratamientos inmunosupresores o quimioterapias y también se puede usar para recuperación en atletas de alto rendimiento. De manera natural se podría obtener ingiriendo una combinación de verduras de hojas verdes como el brócoli, la col rizada o las espinacas, y frutos rojos como las fresas o las moras, sin embargo, resulta difícil ya que se deben ingerir cantidades grandes para lograr los niveles ideales”, detalló la nutrióloga de Bodylogic.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, reveló que en nuestro país el 21% de las mujeres y el 17.7% de los hombres presenta colesterol y triglicéridos altos, condiciones que impactan de manera negativa en la salud del corazón. Además se dio a conocer que 10.3% de los mexicanos viven con diabetes mellitus tipo II, el 75.2% de los adultos mayores de 20 años padece de sobrepeso u obesidad, el 19.5% tiene dislipidemia y el 18.5 ha sido diagnosticado con hipertensión.

“La diabetes mal controlada, el sobrepeso y la obesidad y la hipertensión, son los principales factores de riesgo para desarrollar una enfermedad complicada de COVID-19, por eso que es muy importante que los pacientes se apeguen a la prevención y si ya tienen una enfermedad cardiometabólica diagnosticada, el control es fundamental”, aseguró Ceja Martínez quien también es Gobernadora en México del Colegio Americano de Médicos Internistas (ACP, por sus siglas en inglés).

Para finalizar, las especialistas de Grupo PiSA invitaron a los pacientes con enfermedades cardiometabólicas a apegarse a sus tratamientos y acudir con su médico o a su centro de salud más cercano si presentan algún síntoma de enfermedad cardiaca o sospecha de COVID-19.

TFA