Tras años de estar alejado de los medios, el heredero universal de María Félix, Luis Martínez de Anda sorprende al comentar que se tardó años en terminar la sucesión testamentaria, ya que los hermanos de La Doña reclamaron la herencia. María falleció hace 20 años y su asistente la sigue recordando, cuenta cómo inició su relación con la mujer que años después le dejaría toda su fortuna.

Luis recuerda que en 1995 estaba estudiando Ingeniería en el Politécnico Nacional y María le pidió a Ernesto Alonso una persona que le ayudara a manejar, llegó a su casa con Enrique Álvarez Félix, la primera vez que la vio quedó impactado, estaba tomando café, fumando un puro y muy bien peinada, con una gran personalidad. Luis tenía 18 años, la actriz le dijo que era muy joven, pero como la idea era que trabajara poco tiempo, lo contrató; al final trabajó para ella 8 años. Al principio era su chofer, la llevaba a sus actividades y a Cuernavaca los fines de semana.

Relata que María desayunaba temprano y muy ligero, leía las noticias de los periódicos y veía los noticieros. Confiesa que era una mujer disciplinada, le gustaba mantenerse en forma. Viajaba mucho a París, pero cuando estaba en la ciudad, paseaba por el Centro Histórico, disfrutaba ver los edificios y el esplendor de las construcciones. En la plaza del Ángel compraba antigüedades, pero su lugar favorito era su casa en Polanco, que se la construyó uno de sus maridos: Alex Berger, juntos jugaban cartas, pasaba largas horas en la biblioteca. Su vida social era activa, tenía muchas amistades: empresarios, políticos y gente del espectáculo. Uno de los que más la visitaba era el cineasta Gabriel Figueroa, quien siempre llegaba con una rosa roja, pasaban largas horas platicando. Estela Moctezuma fue una de sus amigas cercanas, al igual que Carlos Slim, la familia Alemán y Emilio Azcárraga Milmo, quien le envió un coche porque tenía una camioneta muy vieja, de los años 70.

Luis siempre estaba al pendiente de todo lo que necesitaba, relata que siempre cenaba un té y algún postre, se dormía alrededor de las 10:30 horas, era católica porque fue a colegios de monjas. La actriz adoraba a su hijo Enrique, nunca estuvieron distanciados, él admiraba a su madre y se trataban con respeto, hasta le escribió el libro Una raya en el agua. A La Doña le dolió mucho la muerte de su único hijo.

Entre otros datos curiosos relata que sólo bebía una copa de vino tinto en alguna comida, odiaba las sorpresas y le gustaba disfrutar la vida; falleció el mismo día de su cumpleaños: 8 abril en 2002. Cuando estaba en su recámara nadie podía entrar, la manera de avisarle algo era a través del interfono, por eso no supieron a qué hora falleció porque estaba en su habitación y tuvieron que entrar para descubrir que había perdido la vida.

María Félix vivió plena, gozó cada instante y se fue sin sufrir y dejando todo lo que tenía a Luis, porque era su hombre de confianza, quisieron acusarlo de haberla manipulado, pero fue su decisión y se cumplió, aunque hubo quienes dudaron de sus intenciones.

Hay más…, pero hasta ahí les cuento.

 

                                                                                                                                            @anamaalvarado