Antes de que se hiciera oficial la renuncia de Jaime Cárdenas al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), corrió la versión de que el que había renunciado era el secretario de Hacienda, Arturo Herrera.

Lo de Cárdenas sorprendió porque duró apenas tres meses y medio en el puesto.

“Se agotó’’, dijo el presidente López Obrador ayer.

Antes, con la renuncia del ex secretario de la Semarnat, Víctor Toledo, el Presidente dijo que “el servicio público produce estrés. Antes pensaba que el estrés era una exquisitez de la pequeña burguesía, pero no, sí existe’’.

Entre que se agotan y se estresan, las renuncias ocurridas en el gabinete presidencial en estos casi dos años de Gobierno van aderezadas con críticas, algunas veladas y otras francamente abiertas, como la del ex secretario de Hacienda Carlos Urzúa.

La carta renuncia de Cárdenas no está exenta de esas críticas.

El todavía funcionario –su renuncia se hará efectiva a partir del primer día de octubre-, explicó que “encontramos al inicio de nuestra función probables irregularidades administrativas, procedimiento de valuación que no garantizan los principios del artículo 134 constitucional (el mayor beneficio para el Estado), mutilación de joyas, contratos favorables a las empresas y no al INDEP, y, conductas de servidores públicos contrarias a las normas”, aseguró.

Igualmente denunció que en el caso de las subastas electrónicas “se hizo una revisión de los sistemas con el apoyo de la Oficina de Estrategia Digital de la Presidencia de la República para desterrar la manipulación que de ellos se hacía en favor de algunas personas’’.
Vale la pena revisar las cartas de renuncia de los altos funcionarios que han renunciado al Gobierno de la 4T, comenzando por Germán Martínez Cáceres hasta Cárdenas para entender un poco el por qué la administración, por más buenas frases presidenciales, nomás no termina de arrancar.

¿Y lo de Herrera será borrego?

****

A pesar de que el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, ha rendido la plaza a favor de Morena, debido a sus pleitos internos el partido no registró candidatos en 14 de los 84 municipios del estado.

El líder visible de Morena era, aunque no lo crea, Gerardo Sosa Castelán, recluido en el penal del Altiplano bajo acusaciones de lavado y delincuencia organizada.

Sosa Castelán se apropió de Morena -ya lo había hecho con el Movimiento Ciudadano- he impuso a sus candidatos en algunos de los municipios importantes del estado.

Para citarles un ejemplo: en el municipio de Ixmiquilpan, se registraron nueve candidatos de la presidencia; de esos, cinco son escisiones de Morena que se postularon bajo las siglas del PT, del Verde, del PES y de otros partidos afines.

Lo ocurra en esta elección de presidentes municipales en octubre, será un buen termómetro para conocer cómo andan las preferencias electorales pues se suponía que Morena arrasaría.

Veremos.

****

El PT ha vuelto a insistir en su propuesta a todas luces “infame’’ -el copyright es de ya saben quién- de eliminar las Afores y que el dinero del ahorro para el retiro de los trabajadores sea administrado por el Estado.

La propuesta parece sacada de un hoyo funky y no de un sesudo análisis de los diputados del PT; bueno, tan mala fue que hasta Morena salió a desmarcarse otra vez de esa locura.

En fin, el PT cada vez demuestra que le cuesta más a Morena tenerlo como supuesto aliado que como enemigo.