Hace unos días asistimos a la Ciudad de México, donde tuvimos oportunidad de platicar con diversas autoridades, nuestros recorridos incluyeron la FGR, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal; así como la Secretaría de Gobernación, señala Bryan LeBarón.

Cada uno con su enfoque distinto, nos hizo ver que el tema de mi familia es importante, y va más allá de darnos solución como una comunidad, todos estuvieron de acuerdo que fue un evento que cimbró las estructuras de un país, y reconstruirlo, representa más allá de un caso penal, es regresarnos tranquilidad y esperanza como sociedad.

En una de las anteriores visitas, pude ver un video que fue recuperado de esa terrible mañana, y que esta vez, también saltó a la conversación.

En él, los sicarios giraban las últimas instrucciones. Revisaban la camioneta, unos últimos disparos, y una orden final: ¡Quémenla! Y ahí se corta.

Vi los videos en las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y el principal objetivo de hacerlo, era conocer la verdad, y exigir justicia.

Conocer ese pequeño instante de terror de México, me motivó a trazarme la meta de que nunca más se vuelvan a repetir esos hechos, para ningún mexicano.

Puedo asegurar, que los personajes que realizaron esta dantesca escena, sabían que los ocupantes de las camionetas eran niños y mujeres, ya que parte del video se grabó a muy corta distancia. En un punto del video se ven bajar a estos monstruos, intercambiar diálogos.

Nostarde confirmaron en la SEIDO que entre los asesinos estaban ex policías y ex militares, sicarios altamente capacitados por el gobierno; es decir, parte de nuestros impuestos fueron invertidos en darles un adiestramiento que usan en contra del pueblo que juraron defender, esto también debería representar una pena mucho más severa, y una condena social implacable. Sin lugar a dudas estos personajes son terroristas.

A estos asesinos profesionales no le importa matar y calcinar a niños y mujeres inocentes. Ellos matan bajo órdenes, sin cuestionamientos ni pesadumbres morales.

Este tipo de asesinatos, por la forma tan increíble e inhumana, se le debe considerar un acto terrorista, era lo que se buscaban.

Dejar sembrado el temor entre la comunidad, aunque el motivo aun lo desconozcamos y sigamos preguntando a las autoridades.

Cabe recordar que el artículo 139 del Código Penal Federal, sobre Terrorismo, se señala como motivo de sanción a quienes “intencionalmente realice actos en contra de bienes o servicios, ya sea públicos o privados, o bien, en contra de la integridad física, emocional, o la vida de personas, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad o a un particular, u obligar a éste para que tome una determinación”. Sin duda, caben en esta descripción.

Esas personas, a quienes se les ordena matar, y no sólo duermen muy a gusto al día siguiente, hicieron lo que hicieron porque saben del alto grado de impunidad que permea la justicia mexicana. Están determinados a controlar gran parte nuestro país, a través del poder del miedo y del institucional.

El código penal de la República define muchos de sus acciones cómo actos de terrorismo, y los datos oficiales muestran que en nuestro México viven y operan los grupos terroristas más peligrosos del mundo.  Y a todo esto, ¿Para qué juzgarlos como terroristas? El trato será diferente.

Hay quienes abusan de los derechos del procesado, pero como ocurre en otros países, quien entra en esta clasificación de criminal, tendrá penas y procesos realmente ejemplares, además de la acusación social, de aceptar que hay monstruos viviendo junto a nosotros.

Confío en que México pronto habrá de despertar de forma masiva, y no esperen a que les ocurra un hecho siniestro como el de mi familia, para dejar de callar las injusticias.

El primer paso para poder enfrentar este problema es que le llamemos por su nombre y con trazos bien definidos, ubicado el enemigo, caminemos por la ruta que nos regresará un día paz y libertad a todos los mexicanos.

Próximamente, habremos de impulsar reformas y acciones en este sentido. Los mantendremos informados.

PAL