Hace mucho tiempo la generación de electricidad en la mayor parte del país era uno de los ejes estratégicos del desarrollo económico de México. Por alguna extraña razón, esto dejo de suceder. Las plantas generadoras de energía eléctrica en el mundo siguieron creciendo de manera sostenida e incrementando el abastecimiento de este producto en muchos países del orbe. En el caso nacional este fenómeno no se llevó a cabo, de la misma forma.

El resultado de este terrible error fue dejar de ser un país atractivo para las inversiones extranjeras en la parte norte del territorio nacional, en específico en Baja California, al no contar con la infraestructura necesaria para ser un destino seguro para los inversionistas.

Aunado a ello, la competitividad que acompañó el cambio de siglo ha marcado de manera muy notoria las directrices de lo que tendría que ser el crecimiento sostenido de los países que han decidido llevar a otro nivel sus alcances económicos en el concepto mundial. En este sentido, la economía nacional se ha rezagado porque muchas empresas aún pagan costos muy altos por un producto tan necesario como es la electricidad, por esta razón (en la cadena de producción), el más perjudicado es el consumidor. 

El estado de Baja California siempre ha sufrido del suministro de este importante insumo y por supuesto de la escasez en la infraestructura de plantas hidroeléctricas y termoeléctricas que permitan dar solución a este problema. 

En la actualidad la situación de este estado de la república es crítica. En primer lugar, el sistema eléctrico se encuentra aislado del Sistema Interconectado a nivel Nacional. Baja California contrario a lo que podría suponerse está conectado con USA (Western Interconnection) una empresa norteamericana que auxilia en las labores de suministro regional. 

Una acción que no es del todo adecuada e inteligente, si lo que se quería era hacer más competitiva a la región respecto a su vecino del norte. 

En segundo lugar, el problema es mayor al que podría suponerse, si se considera que, hasta el día de hoy, Baja California cuenta con dos interconexiones: una ubicada en Otay Mesa, y la otra en Valle Imperial o Ruta 45. Es decir, la energía que se genera para abastecer la demanda de esta región no se produce en México, sino en el otro lado del Río Bravo. Un serio problema de Seguridad Nacional y generación de energía. 

La dependencia es mala compañía. 

Esta situación se ha acrecentado aún más debido a que el crecimiento en la demanda máxima se estima de 7.87% con respecto a 2019, es decir cercana a los 3040MW. De acuerdo con los expertos en la materia, de seguir esta situación en el verano del año en curso, se pronostica que la demanda supere la capacidad de generación. Sería el colapso para toda la región Californiana del lado mexicano. 

Ante dicho escenario el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) ha puesto en marcha un plan de acción de control de daños y reestructuración de la crisis de energía, al que se ha titulado: “Protocolo Correctivo”.

¿En qué consiste este programa de acciones modificatorias implementado desde el Gobierno federal?

Comienza con el mantenimiento en sus componentes mecánicos y eléctricos del acueducto Río Colorado- Tijuana, que comprende la actualización de equipos de bombeo que han agotado su vida útil, además de dotar de equipos con mejor eficiencia que mejoren entre un 5 a un 8% el consumo eléctrico y bombeo de agua (estas acciones lograrían un ahorro de más de 36 mdp anuales).

Lo que hasta ahora se sabe en voz de los especialistas en el tema, es que la importancia de corregir este acueducto en la zona geográfica de abastecimiento a la que surte actualmente abarca 4 municipios importantes de Baja California: Tecate, Tijuana, Rosarito y Ensenada. En esta zona existen más de 2 millones y medio de habitantes. 

En suma, las bondades de esta obra de reacondicionamiento serían: 

  • Contribuiría a mitigar un 20% el déficit de energía.

  • Tendría las condiciones para tener un mejor precio por kwh. 

  • Se ahorraría una parte sustancial del gasto corriente enfocada en el consumo de energía debido al beneficio de compra orientado hacia un generador y no al mercado eléctrico.

Además de ahorros económicos, también se contaría con beneficios ecológicos si se construye una planta fotovoltaica en la región. A continuación, se enlistan algunos:

  • Permitiría la producción local sin necesidad de importar energías fósiles, evitando las consecuentes pérdidas energéticas. (y económicas) por transporte. 

  • Evitaría emisiones de contaminantes derivados de la generación de energía basada en hidrocarburos.

  • Contribuiría al cumplimiento de las metas de generación de energía limpia y de reducción de gases de efecto invernadero, que México debe cumplir, en términos del Acuerdo de París, que tiene como meta reducir 22% de gases de tipo invernadero para 2030.

  • Es una energía limpia que ayudaría a contrarrestar el impacto contaminante y sobre todo a ser más sostenibles.

  • Esta tecnología es 100% segura, inocua y silenciosa en comparación con el gas, o el carbón.

  • La energía fotovoltaica mejoraría la eficiencia energética de los inmuebles y posibilitaría la obtención de certificados verdes.

En cuanto al aspecto social las bondades de dicha obra podrían ser las siguientes: 

  • Se podían destinar mayores recursos, para aumentar el número de familias beneficiadas con el Programa de Socialización Energética: ILUMINA TU DÍA.

  • Se destinarían mayores recursos en mejorar y aumentar la infraestructura hidráulica en el Estado y con ello hacer llegar el agua a más familias bajacalifornianas.

  • Se generarían empleos temporales y fijos en la localidad donde se desarrolle la Planta Fotovoltaica.

  • Mejoraría la calidad de vida de los habitantes de la región, por renta de terrenos, generación de empleos temporales y fijos, directos e indirectos.

  • Este tipo de proyectos, además traen consigo diversos programas de capacitación para los habitantes de la zona en diversos rubros, programa de becas, y de inversión.

Para que todo este proyecto pueda llevarse a cabo y el cambio en el suministro eléctrico en millones de personas de la península de Baja California sea una realidad; más allá de los aspectos tecnológicos y los requerimientos técnicos que, sin lugar a duda, forman una larga lista. Lo que los gobernantes tienen que tener, es voluntad política de querer modificar de manera sustancial el pasado y el presente de esta zona geográfica del país. 

Es primordial entender que hasta ahora muchas administraciones han pasado, pero pocas han entendido verdaderamente la importancia de rescatar la capacidad de generación de energía eléctrica en Baja California y su enorme franja fronteriza. 

La producción de la luz que abastece los hogares, las industrias y los comercios en este estado del país no puede dejarse al arbitrio del tiempo o la casualidad, mucho menos de la improvisación. Los bajacalifornianos necesitan tener la certeza de que sus gobernantes (en sus tres órdenes de Gobierno) tendrán la visión de Estado que tanta falta le hace a la infraestructura eléctrica de aquella parte del país y puedan solucionar de manera eficiente este déficit histórico para siempre. 

La tarea no es sencilla, pero los beneficios que podrían alcanzarse si se hacen bien las cosas sepultarían por un largo tiempo, cualquier especulación acerca de la viabilidad financiera para cualquier inversionista que quisiera traer su dinero a México. 

Para decirlo, en otros términos, es más lo que podría ganarse, que lo perdido hasta ahora. Lo que el conjunto de estas obras significa, es acerca de la importancia de saber invertir de manera sustancial e inteligente hacia el futuro para asegurar un mejor porvenir económico y social en la región. Muchos serían los factores no solamente sociales y económicos que acompañarían el desarrollo de los ciudadanos de este estado y sus familias. 

Por lo tanto, es imprescindible que se entienda que, en el contexto geopolítico del siglo XXI, la competitividad de cualquier nación está basada en pilares sustanciales estratégicos que no pueden estar sujetos a la inversión extranjera, uno de esos pilares es la energía eléctrica. A menos que lo que se pretenda, sea privilegiar la calidad de la competencia en el mercado interno, siempre y cuando este último, ya este consolidado y fortalecido. De no ser el caso, esta acción sería un atentado en contra del patrimonio nacional y la supremacía del Estado como rector de los principales recursos naturales del país. 

La importancia de tomar buenas decisiones en materia de políticas públicas es entender el grado de trascendencia económica, social y política que alcanzarán a mediano y largo plazo. Muchos gobernantes en México y el mundo no cuentan con esta visión, por lo que la calidad de sus administraciones y la legitimidad de sus acciones de gobierno, no están acompañadas de la razón sino de la improvisación. Para que una crisis energética pueda resolverse de manera eficiente, es necesario llevar a cabo un plan sostenible a través de un enfoque multidisciplinario con una visión plural prospectiva, de no ser el caso, Baja California está perdida.

                                                                                                                                                                    @Drlmma56