El debate sobre un video incompleto de un ataque del grupo más violento del Cártel del Noreste contra las fuerzas de seguridad en Nuevo Laredo debe tener una lectura de fondo: el aumento en la capacidad de fuego de los grupos criminales y el crecimiento en la intensidad de las agresiones contra fuerzas de seguridad.

Las investigaciones a partir del análisis de los videos completos y no fragmentados darán los resultados del incidente sobre el presunto abuso de fuerza y las fuerzas armadas han señalado que no habrá encubrimiento. Pero el debate debe darse sobre el plan de paz que ha permitido que los grupos delictivos aumenten su capacidad de armamento y sobre todo sus acciones de violencia contra las fuerzas de seguridad.

Los datos sobre el costo del armamento que se usó en el atentado contra el secretario de Seguridad de Ciudad de México, el acceso fácil a esas armas en la capital y el uso de equipamiento tipo militar de los delincuentes en sus acciones de violencia están avisando que los cárteles tienen recursos y cuerpos de entrenamiento para encarar al Estado.

En el choque en Nuevo Laredo entre los rescoldos de Los Zetas y el avance del Cártel del Noreste mostró a grupos de delincuentes con armas de alto calibre que rebasan la capacidad de las policías y de la Guardia Nacional. Sólo las fuerzas armadas pueden encararlas. Por ello la propaganda negativa por incidentes aislados busca volver a crear un mal ambiente a las fuerzas armadas en apoyo a la seguridad pública por situaciones de crisis de seguridad interior.

La capacidad de armamento y fuerza de los cárteles busca asentarse en zonas territoriales de la soberanía del Estado y expulsar a las fuerzas legales y constitucionales de seguridad. Se deben, por supuesto, castigar abusos de fuerza de efectivos del Gobierno, pero se les tiene que apoyar cuando combaten a delincuentes equipados con organización y armas profesionales.

 

Zona Zero

  • Los incidentes violentos entre grupos delictivos contra fuerzas de seguridad deben sacarse del escenario de la teoría de la militarización. Las fuerzas armadas son las primeras en poner a disposición de autoridades a efectivos que hubieran violado leyes civiles. El debate es otro: los delincuentes quieren sacar a las fuerzas armadas de la seguridad pública.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

 

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