La semana comenzó con la exhibición de un video en el que se ve a dos personas pasando fajos de billetes de unas bolsas a una maleta. Se les identifica como colaboradores del PAN en el Senado de la República. 

A partir de ese momento comienza la danza de nombres ex legisladores, ahora gobernadores algunos de ellos y algunos tibios deslindes.

El miércoles, en Querétaro, en la conferencia matutina del presidente López Obrador, uno de los señalados por Emilio Lozoya, el gobernador Francisco Domínguez, rechazó las acusaciones. Dijo que no se puede creer en la palabra de un delincuente confeso y, además, que él removió del cargo a un antiguo colaborador que aparece en los videos recibiendo dinero.

Domínguez le dijo al Presidente que “no se puede comprar lo que ya se tiene” en referencia a su voto para aprobar la Reforma Energética. Dijo que involucrarlo en el caso Lozoya es una maniobra política, y no legal, pues es uno de los gobernadores mejor calificados. 

Horas más tarde, en la reunión de la Conago, el gobernador de Tamaulipas Francisco García Cabeza de Vaca, acuso que el Gobierno federal “pide trato de Estado y da cachetada partidista”. Y es que Alejandro Rojas Díaz Durán, operador electoral de Ricardo Monreal durante la campaña presidencial de 2018, amenazó con sacar de la gubernatura a García Cabeza de Vaca.

Salió a relucir el nombre de Ricardo Peralta, subsecretario de Gobernación a quien el gobernador de Tamaulipas acusa de haberse reunido con un grupo delictivo que opera en aquella entidad. 

El gobernador de Tamaulipas ya presentó una solicitud a la Fiscalía para saber de qué se le acusa.

El resto de los denunciados por Lozoya se han deslindado y, como en el caso de Ricardo Anaya, ya denunció por daño moral a Lozoya. 

Por la tarde, de manera “casual”, apareció en redes sociales la denuncia de hechos presentada por Lozoya, Parecía respuesta a las declaraciones de los gobernadores panistas.

Ahora, Lozoya tendrá que comprobar por la vía penal y civil todas y cada una de sus afirmaciones. El peso de la prueba recae en él. De no hacerlo, él, su padre, su madre, su esposa y su hermana, irán a la cárcel. 

En manos de un soplón, Lozoya, está el futuro de políticos y partidos.  

La Letrina. Al cierre de esta colaboración, la Universidad Johns Hopkins registraba 537 mil 31 personas contagiadas de Covid-19. A causa del virus, 58 mil 481 murieron. El súper subsecretario Hugo López-Gatell había dicho que 60 mil decesos serían un escenario trágico para nuestro país. 

 

                                                                                                                    @Fercoca