El presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó el guante y Emilio Lozoya lo recogió.

Convirtiendo las mañaneras en actos electorales y eligiendo la bandera de la corrupción como fondo de su acto, el Presidente retoma la imagen de sus campañas, de su lucha política y con un perfil conciliador, se propone unir a sus divididos seguidores.

Remarcando su primer compromiso, no deja dudas para que los problemas de la corrupción se resuelvan cuanto antes.

Y he dicho, y repito, que no establezco relaciones de complicidad con nadie y que, si una gente cercana, un amigo, inclusive un familiar-, comete un delito, debe de ser castigado…. puede ser un familiar cercano, lo he dicho, mi hijo, va a doler muchísimo, mi esposa, pero si se comete un delito se tiene que castigar sea quien sea”. 

Y Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, testigo directo de los hechos y no uno cualquiera, comenzó recuentos propios de actos de corrupción.

Emilio Lozoya es también un funcionario corrupto, pero su voz es la de un testigo colaborador del Gobierno federal y en su maratón de denuncias no ha dejado títere con cabeza.

Sin embargo, los delitos más graves, que pueden suponer condenas graves, aún no tienen consistencia.

En este caso, nada más lo que debemos de cuidar siempre es no dañar la dignidad de las personas, no hacer juicios sumarios, no debe de haber linchamientos políticos, se tiene que hacer la denuncia ante la autoridad competente y esa autoridad con las pruebas, porque eso es el Estado de derecho, tiene que resolver si la persona es culpable o no, es lo único”, dijo el Presidente.

En este momento la duda es razonable.

Ante las advertencias, todo parece indicar que el Presidente no quiere llegar hasta el final que sería el juicio a los expresidentes y para no entrar en conflicto propone respetar la voluntad de los votantes para saber la verdad.

que se investigue que pensemos hacia adelante y que no haya venganza, por eso lo de la consulta; porque no quiero que el conservadurismo hipócrita y corrupto señale que yo estoy vengándome, no es mi fuerte la venganza”.

Pero existe un problema.

Yo he denunciado durante muchos años, creo que tengo, yo creo que el récord de haber presentado más denuncias contra los expresidentes. Le presenté denuncia a Salinas de Gortari, a Zedillo, a Fox, a Calderón, a Peña Nieto, por traición a la patria. Hay constancia de que fui al Ministerio Público y presenté pruebas; pero se archivaron mis denuncias, ahí deben de estar, pero siempre con pruebas para no perder autoridad moral porque si no, no tiene uno posibilidad de que le crean, se pierde credibilidad”.

¿El derecho ha perdido valor entre los políticos?

Legalidad y democracia son las caras de la misma moneda, contraponerlos sería un grave error.

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