Foto: Pixabay Contagiarse y llevar el virus a sus casas, es el principal temor de los médicos que todos los días deben combatir al Covid-19  

Katherine llegó de Veracruz a la Ciudad de México en marzo pasado sin saber con lo que se iba a
enfrentar. Solo unos días estuvo en el área que correspondía a su especialidad, imagenología, pues
luego fue asignada a urgencias, una vez que el Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE fue destinado
a la atención de pacientes Covid-19.

En entrevista con 24 HORAS, reflexiona que entre los momentos más complicados que le tocó vivir
está encarar a los familiares de los enfermos para decirles –con un nudo en la garganta– que ya no
había nada qué hacer, o bien, pasar recados de ánimo a los ya internados.

“Lo más feo es cuando el paciente llega muerto. Te dicen ¡Atiéndalo!, pero qué le atiendo si su
familiar ya está muerto”, comenta la profesionista de 27 años.

“Luego pedían pasar a ver a su familiar”, agrega, “pero les tenía que decir que ya no se podía y se
ponían a llorar. Me decían ‘doctora, cuídelo, dígale que le eche ganas, que estamos aquí
apoyándolo’. Que me digan eso llorando y luego yo decirlo al paciente, eso fue lo más difícil. A mí
se me parte el corazón, pero no lo puedo dejar pasar”.

Al principio, ella misma era un poco incrédula sobre la gravedad del virus, y de la probabilidad de
que el mal pegara con fuerza en el país, pero las cosas empezaron a cambiar.

“Atendimos a un paciente con sintomatología de neumonía bacteriana, y al otro día nos dicen que
era un paciente sospechoso de Covid… y nosotros no usamos ninguna protección. Ahí me dije ‘qué
tonta’, porque ya tenía un protocolo y no lo seguí, pero no me volvió a pasar”, recuerda.

El hospital, ubicado en la alcaldía Benito Juárez, es el centro hospitalario del ISSSTE más grande en
el país, pero una de las razones por las que no se vio rebasado en su capacidad fue la rapidez con
que los pacientes morían, apenas después de ingresar.

“Se morían muy rápido. En abril se llegaron a recibir hasta 20 pacientes de Covid por turno, y son
tres; pero se morían a los pocos días, por eso nunca llegamos al tope. Suena feo, pero la realidad
es que así como entraban, fallecían”, advierte. Además, solo en abril y mayo el nosocomio atendió
población en general, después solo a derechohabientes.

Sin poder ocultar su vocación médica, recomendó cuidarse, acudir a un hospital en caso de tener
síntomas graves, sin temores, pues no hacerlo podría poner en riesgo su vida.

La enseñanza, reflexiona, es que no estábamos preparados para esto: “¿Pandemia?, eso nunca nos
va a pasar. Así lo pensamos como país, y nadie te ensaña a enfrentar una situación como esta.
Ahora ya se tienen los protocolos”.

Katherine Isamara Jácome Portillo, 27 años

Originaria de Jalapa, Veracruz

Médico general, estudia la especialidad enimagenología diagnóstica y terapéutica, y obtuvo uno
de los dos lugares que ofreció este año el Hospital 20 de Noviembre a médicos mexicanos.

Infografía: Xavier Rodríguez

Contagiar a su familia, entre temores de personal médico

Contagiarse y llevar el virus a sus casas, es el principal temor de los médicos que todos los días deben combatir al Covid-19; por lo que algunos han presentado ansiedad, estrés y problemas fisiológicos y psicológicos que los han obligado a asistir a terapia de salud mental para poder mantenerse en la primera línea de atención de la pandemia.

“El ver que se van enfermando tus compañeros, y que algunos de ellos fallecen te lleva a preguntarte, ¿cuándo me toca y cómo me va a tocar?”, narra una doctora del servicio de urgencias del Hospital General de Zona No. 57 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que prefirió omitir su nombre.

“Hace tres meses mi proceso de ansiedad era terrible, porque sólo pensaba en que me iba a enfermar, y lo agrandaba yo más, pensando que también le iba a dar a mi familia, no podía dormir, tengo dermatitis y el estrés es permanente”.

Señaló que al inicio de la pandemia había mucha pena, dolor, tristeza y ansiedad ante el desconocimiento del virus; sin embargo, conforme avanzan los meses, el sentimiento ha cambiado:

“La gente que se ha infectado le ha echado mucho de su voluntad”, incluso contó a 24 HORAS que en su servicio ha tenido a familias enteras hospitalizadas; situación que le ha permitido asimilar que la complicación de los pacientes no es por culpa de un mal tratamiento médico, sino por la imprudencia de no cuidarse cuando salen a la calle, aunado a las comorbilidades.

Aislados de su familia

En ese contexto, la psicóloga Mayela Padrón Ramírez, adscrita a la unidad de salud mental del Hospital Juárez de México, reconoció 100% del personal de salud que se han acercado a su área, manifiesta el mismo temor de contagiar a sus seres queridos, lo que en algunos casos los ha orillado a separarse de su familia.

“También la parte del aislamiento, de que se sienten muy solos, que no quieren ni ver a sus seres queridos por el temor del virus, pero tampoco platicarlo porque no quieren alarmarlos, entonces van cargando la parte médica, la parte del cansancio y la parte emocional, solos en lugares que ni siquiera son su casa, porque muchos de ellos se fueron a cuartos, a hoteles o con otros compañeros que también atienden Covid”.

La doctora Padrón Ramírez refirió que al inicio de la pandemia, el personal de salud refería tener pesadillas relacionadas con el Covid, mientras que ahora reportan mucho cansancio acumulado, “porque no han podido descansar, tener vacaciones, las jornadas de guardia suelen ser más pesadas, más cantidad de pacientes y el hecho de tener que usar equipo de protección”.

LEG