Cuando el 20 de noviembre de 1975 Franco expiró, después de semanas de agonía, el peso de la Historia recayó en un hombre joven que quería comerse el mundo para escribir el nombre de España en el progreso.

El joven monarca supo rodearse de gente tan eficiente como preparada. Adolfo Suárez, Torcuato Fernández Miranda, Felipe González fueron algunos de los nombres que acompañaron a Don Juan Carlos a realizar la Transición de 40 años de dictadura franquista hacia la democracia.

Don Juan Carlos capitaneó el barco llamado España de manera ejemplar. Podría haber zozobrado. Estuvo a punto. El intento frustrado de golpe de estado en 1981 y los constantes atentados de la organización terrorista vasca ETA en aquel entonces hicieron que la embarcación casi se hundiera, si no hubiera sido por la mano maestra de Don Juan Carlos.

Fueron cuarenta años de un reinado modélico. De hecho, Don Juan Carlos I será estudiado en los libros como uno de los cuatro grandes monarcas junto con Carlos I, Felipe II y Carlos III. Pasará a la Historia como un hombre que dio su vida por el progreso de un país con siete siglos de unión y con más de veinte de entidad.

Durante el reinado de Don Juan Carlos, España gozó de una estabilidad económica y social que ahora comienza a resquebrajarse. En algunos años de los noventa, y especialmente a principios del siglo XXI el país llegó a tener un crecimiento económico del cinco por ciento y una serenidad social a pesar de los renacimientos independentistas que ya en ese entonces intentaban golpear a la institución monárquica pero que, con inteligencia política el Rey supo sortear con habilidad.

Es cierto que el reinado de Don Juan Carlos I tuvo momentos oscuros. Sin embargo, en el balance global el resultado fue abrumadoramente positivo.

Los aires populistas también llegaron a España. Los radicales del grupo político de izquierda Podemos buscan defenestrar el sistema. Pero para hacerlo necesitan primero atomizar a la Monarquía, que es el estamento que le ha dado la estabilidad al país. Como de momento no pueden arremeter directamente contra el actual rey Felipe VI, lo hacen contra su padre Don Juan Carlos.

Es una injusticia superlativa pretender que, en la senectud de Don Juan Carlos quieran arrojarle a los leones. No sólo eso. El hecho de que sobre la mesa tengan la extrema posibilidad de buscar sacar al monarca de su casa de la Zarzuela denota lo miserable que se puede llegar a ser.

Menos mal que una gran mayoría de españoles siempre vieron en Don Juan Carlos a alguien más que el Rey. Vimos a una persona que luchó toda su vida por una España que mirara hacia el futuro para que fuera modelo de otras naciones.

 

                                                                                                                                                           @pelaez_alberto