Las oposiciones debemos tener metas realistas en 2021. Por ejemplo, en la Cámara de Diputados, la coalición “Juntos Haremos Historia” que incluyó a MORENA, PT y lo que antes se llamaba PES, logró el 61.6% de las curules* en la elección de 2018.

 

 

Esto implicó que para alcanzar la mayoría calificada de 66% + 1 voto, necesaria para hacer reformas constitucionales en San Lázaro, la coalición obradorista requería sólo de un puñado de diputados “opositores” para cambiar la Carta Magna —como ya ocurrió con la nociva Reforma Educativa de 2019, y otras medidas—.

 

 

El bloque presidencial alcanzó esta cifra con una alianza de facto con el Partido Verde, perredistas desertores, y otros, a inicios del sexenio. Por ello es que López Obrador y su coalición aumentada pueden modificar la Constitución con una facilidad no vista desde el primer trienio del Dr. Ernesto Zedillo, en 1994-1997 —algo delicado en un país recién salido de un híperpresidencialismo de décadas—.

 

 

Entonces, ¿cuál es esa meta realista que las oposiciones debemos tener con respecto a la Cámara de Diputados en 2021? El alejar lo más posible de la mayoría constitucional —de ese 66% + 1 voto— a los diputados federales del presidente.

 

 

Pero veamos la imágen completa. Para cambiar el texto se necesita ese 66% + 1 de los votos en Cámara de Diputados y lo mismo en el Senado, así como la aprobación por mayoría simple —50% + 1 voto— en, por lo menos, 17 congresos locales.

 

 

Como ya vimos, hoy MORENA y sus aliados tienen esa mayoría en Sán Lázaro. Pero la situación es muy similar en el Senado, donde tienen poco más del 60% de los escaños. Asimismo, en lo estatal, dominan 19 congresos locales desde 2018.

 

 

En 2021 se juegan 15 gubernaturas, y como se ven las encuestas, el obradorismo ganará, por lo menos, 10 u 11. El próximo año se disputarán, además, 30 congresos locales. Esto hace que, muy probablemente, la coalición presidencial conserve la mayoría simple en al menos 17 estados necesarios para modificar la Constitución.

 

 

Eso significa que ni por el Senado —que sea renueva hasta 2024—, ni por los congresos locales, se podría controlar el poder de López Obrador por lo que resta del sexenio. El único eslabón modificable es, entonces, la Cámara de Diputados.

 

 

Por eso, una meta realista es alejar al obradorismo oficial y de facto de ese 66% + 1. Mientras la popularidad del presidente no se desplome en próximos meses, es irreal pensar que MORENA y aliados obtendrán menos del 50 % de las curules.

 

 

Sin embargo, fijarnos la meta de que el oficialismo completo ronde entre, digamos, 55 y 60% de los asientos, es totalmente realista, realizable, y es en lo que deberíamos enfocarnos. No debemos distraernos con fantasías donde el obradorismo cae 30 puntos porcentuales en 2021. Eso es perder tiempo valioso.

 

 

@AlonsoTamez

 

 

* “Juntos Haremos Historia” sólo obtuvo 43.6% de la votación para la Cámara de Diputados en 2018, pero por fórmulas constitucionales de sobrerrepresentación, su presencia se elevó hasta 61.6%. Véase: “Tres décadas de integración parlamentaria: la pluralidad irreversible” (2020) de Ciro Murayama, en https://bit.ly/2BKIBIK.