José Ureña

No estuvo en la Casa Blanca, por supuesto.

Pero ausente, será actor, perdedor o beneficiario del encuentro pasajero entre los presidentes de México y Estados Unidos.

Es Joe Biden, seguro candidato del Partido Demócrata a la primera magistratura del país más poderoso del mundo.

Vicepresidente con Barck Obama y por ahora puntero en todas las encuestas, mientras el aspirante a la reelección se derrumba, quién lo dijera, con las mismas circunstancias de su visitante.

Y sin emitir juicio de la falsa cortesía de Donald Trump, muy distante de sus acciones contra los mexicanos, mostró cómo le dio seguimiento.

Escribió Biden luego un tuit en los siguientes términos:

“Trump lanzó su campaña de 2016 llamando violadores a los mexicanos.

“El ha propagado el racismo contra nuestra comunidad latina desde entonces.

“Necesitamos trabajar en sociedad con México.

“Necesitamos restaurar la dignidad y la humanidad en nuestro sistema de inmigración.

“Eso es lo que haré como presidente”.

VISITA DE 6 MILLONES DE VOTOS

Hasta ahí no hay nada nuevo.

Si acaso la prontitud con la cual reaccionó Joe Biden, pues todavía el Presidente mexicano estaba en la Casa Blanca.

Pero no es un hecho sin interés.

En la lucha política juegan todos los elementos, como lo vemos ahora con las crisis sanitaria, el desempleo y las serias dificultades económicas de Estados Unidos.

La vista está puesta en el voto latino.

Varían las cifras sobre mexicanos y descendientes de mexicanos con derecho a voto para las próximas elecciones.

Latinos aparte, la mayoría de las encuestas colocan en esa opción a cinco o seis millones.

Tradicionalmente proclives a los candidatos demócratas, en 2016 muchos de ellos dieron la espalda a Hillary Clinton y votaron por Donald Trump.

Si no definitivos, fueron importantes.

Y hoy ese alud de sufragios está en liza, pues pueden decidir al triunfador en noviembre próximo.

A ellos apostó Trump cuando invitó al tabasqueño.

A ellos apuesta Joe Biden cuando critica la hipocresía de su adversario republicano.

Eso vale la visita presidencial de ayer: seis millones de votos y la Casa Blanca.

COMPRENSIÓN Y RESPETO DE TRUMP

1.- Un encabezado internacional nos dio una noticia:

Donald Trump no ha agraviado a los mexicanos ni en 2016 cuando dijo:

“Cuando México envía a su gente no envía los mejores. No te envían a ti, mandan gente que tiene muchos problemas y ellos nos traen problemas. Ellos traen drogas, traen delincuencia, son violadores”.

Lo reprodujo Andrés Manuel López Obrador en su libro Oye, Trump.

Ayer dijo el tabasqueño:

“En vez de agravios hemos recibido de usted comprensión y respeto” (El País).

2.- El sábado habrá una cumbre virtual para analizar las perspectivas de la economía encabezada por el subsecretario Francisco Quiroga.

Ese día el sindicato minero de Napoleón Gómez Urrutia Napito cumple 86 años y, por cierto, no estuvo en Washington para hacer valer el peso de los sindicatos mexicanos, estadounidenses y canadienses en el T-MEC.

Y 3.- Otra distinción para México:

Oaxaca fue escogida por Travel+Leisure como el primer lugar de sus diez mayores premios 2020, seguido por San Miguel de Allende.

Un empuje a los bellos estados de Alejandro Murat y Diego Sinhue.

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