A una semana de haberse aprobado la polémica ley de seguridad china en territorio hongkonés, en acciones concretas ya se observa el dominio que desde Beijing se pretende aplicar en Hong Kong.

El Gobierno de China inauguró ayer en un rascacielos de Hong Kong las oficinas del nuevo órgano de Seguridad Nacional.

En la ceremonia de inauguración, la jefa del poder ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, apuntó que se trata de un momento histórico: “Somos testigos de otro hito en el establecimiento de un sólido sistema legal y un mecanismo de aplicación de la ley para mantener la seguridad nacional”.

Las oficinas fueron instaladas en un hotel frente al parque Victoria, escenario de protestas de los hongkoneses por la presencia china.

 

De primera mano

China ha aprovechado la pandemia de coronavirus para hostigar a otros países e imponer su nueva ley de seguridad nacional, declaró Chris Patten, ex gobernador de Hong Kong.

“Lo que ocurrió ahí es parte de una serie más amplia de acciones del Partido Comunista chino para aprovechar que estamos centrados en el coronavirus”, señaló Patten, que gobernó Hong Kong durante los cinco años anteriores a la retrocesión a China, en 1997.

“Desde India hasta Japón (…), desde Australia hasta Canadá, los chinos han hostigado a todo el mundo”, afirmó durante una teleconferencia con parlamentarios británicos, “tenemos que aprender a sosegar a China cuando se comporta mal”.

Además, con la nueva ley Hong Kong podría tener el mismo destino que el Tíbet, estimó el jefe del gobierno tibetano en el exilio, Lobsang Sangay: “Si observa la ocupación china del Tíbet y lo que pasó después, verá que se está repitiendo en Hong Kong”, dijo el presidente de la administración central tibetana, que ocupa el cargo desde que en 2011 el dalái lama renunció a sus funciones políticas. /AFP

 

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