Tom Hanks quedó “desconsolado” al ver que la pandemia impedirá que su nuevo filme ambientado en la Segunda Guerra Mundial llegue a los cines, pero espera que quien lo vea en casa perciba la importancia de actuar con decencia durante una crisis global.

 

Greyhound: en la mira del enemigo“, que se estrena el viernes en Estados Unidos a través de la plataforma de streaming Apple TV+, fue escrita y protagonizada por Hanks, que encarna al capitán de un barco de la flota aliada cruzando el helado océano acechado por submarinos nazis.

 

La película sigue a la aterrorizada joven tripulación de un destructor –que tampoco cuenta con apoyo aéreo– unida en la responsabilidad de proteger a la flota y a sus compañeros de armas.

 

“Estos tipos en el barco… todo lo que pueden hacer es lo que se espera de ellos, y esperan alguna combinación de providencia y serendipia para poder pasar”, dijo Hanks en una conferencia de prensa virtual.

 

“La COVID-19, nadie sabe cuánto tiempo va a durar, nadie sabe quién va a morir por ella… no hay que ir muy lejos para ver las correlaciones y las similitudes con los años de guerra”.

 

Hanks habla con propiedad. El protagonista de “Rescatando al soldado Ryan” y productor de “Banda de hermanos” fue la primera estrella de Hollywood  en contraer el coronavirus, que ha matado a 130.000 personas en Estados Unidos cuando el número de casos aumenta alarmantemente en 50.000 por día.

 

Al comparar las sencillas instrucciones de hacer distanciamiento social y usar una mascarilla con el calvario de estos soldados mientras sus barcos eran atacados por misiles, Hanks suena indignado.

 

“Si alguien no puede encontrar en sí mismo la manera de practicar esas cosas tan básicas, creo que es una vergüenza”, lanzó. “No sea cobarde. Sigue adelante, haga su parte. Es algo muy básico”.

 

“Infierno”

Hanks, que se autodenomina un aficionado de la historia, basó su guión en la novela de C. S. Forester “El buen pastor”, en un proceso de siete años que comenzó cuando se cruzó con una edición de segunda mano.

 

“Tenía la portada original, y era de (el comandante) Ernie Krause canoso, deshecho, exhausto, con el uniforme ondeando por el viento, barcos hundiéndose y quemándose en el horizonte”, recordó Hanks.

 

“Y pensé… ese hombre está exhausto. Ese hombre ha pasado de alguna forma por el infierno”.

 

El director Aaron Schneider construyó el set de filmación basado en el USS Kidd, el único destructor sin modificar de la Segunda Guerra Mundial que aún sobrevive y se encuentra en un museo en Louisiana.

 

Para mayor autenticidad, algunas escenas interiores fueron filmadas en esta nave, que sobrevivió a un ataque kamikaze en 1945.

 

La película está llena de jerga militar, que el capitán interpretado por Hanks lanza como una metralla.

 

“Se siente como si te hubiéramos puesto en el destructor y dejado solo”, dijo Schneider.

 

Con muchas salas de Estados Unidos cerradas debido al coronavirus, Hanks admitió que le entristece que el público se pierda ver este proyecto sin la experiencia de comunión que ofrece la gran pantalla.

 

Los productores decidieron que no valía la pena retrasar su estreno, con docenas de otras grandes películas disputándose la cartelera del invierno boreal y en 2021; y Sony vendió la película como una exclusiva para Apple TV+.

 

“Todos estamos desconsolados por el hecho de que esta película no se proyecte en los cines”, dijo Hanks.

 

“Pero con esa opción descartada, literalmente descartada, nos quedamos con esta realidad. Tenemos una película lista para estrenar, que es oportuna gracias a la COVID-19”.

 

“Así como Ernie Krause estaba en medio del Océano Atlántico, preguntándose cuándo, cómo y si iba a sobrevivir y hacer su trabajo, todos estamos en medio de la crisis de la COVID-19, que ha sido cinco veces más grande de lo que anticipamos que sería.

 

“Y no sabemos cuándo, cómo ni si vamos a salir de ella, y quién nos acompañara en el otro lado”.

 

PAL