Francia está creando tres ministerios reforzados para encabezar su recuperación de la agitación del coronavirus cuando Emmanuel Macron intenta relanzar su presidencia menos de dos años antes de una posible candidatura para la reelección.
En una reestructuración del gabinete días después de que los votantes castigaran a Macron y su partido en las elecciones locales, el presidente y su nuevo primer ministro, Jean Castex, se están enfocando en abordar las consecuencias sociales y económicas de la pandemia y el medio ambiente.
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Macron, de 42 años, llegó al poder en 2017 prometiendo recortar los impuestos corporativos y facilitar la regulación para impulsar el crecimiento y crear empleos, al tiempo que protege a los más vulnerables. Pero la peor depresión en décadas ha revertido algunos logros muy reñidos y ha dejado a Macron con 21 meses para persuadir a los votantes de que sus reformas los dejarán mejor.
En vísperas de la reorganización, Macron dijo que sus promesas de campaña de 2017 seguían siendo centrales para su formulación de políticas. Pero dijo que deben “adaptarse a los trastornos internacionales y la crisis que estamos viviendo: se debe trazar un nuevo camino”.
Los rivales políticos denunciaron la remodelación como un escaparate que no entregaría el “nuevo camino” que promete Macron.
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Bruno Le Maire, que gastó mucho para mantener a flote a las empresas emblemáticas y salvar empleos durante el cierre, permanecerá al frente de un ministerio de finanzas encargado de sacar a Francia de la recesión, y ahora tiene el control total del presupuesto.
Elisabeth Borne se hará cargo de un mejor ministerio de trabajo y asuntos sociales justo cuando la depresión desentrañe las ganancias sobre el desempleo. Macron quiere restablecer las relaciones con los sindicatos y los votantes después de oleadas de protestas.
Borne, que logró impulsar los cambios en los ferrocarriles franceses ante la oposición sindical, estará a cargo de ver reformas de pensiones sensibles en la línea.
cs