Con la sociedad impactada aun por el tableteo de las ametralladoras, pistolas y rifles en el atentado contra el secretario de Seguridad del Gobierno de Ciudad de México, en el escenario de la publicación del Programa Sectorial de Seguridad y Protección Ciudadana 2020-2024 y después de la celebración optimista de dos años de victoria electoral, el fiscal general Alejandro Gertz Manero dejó caer sus palabras lapidarias en entrevista en La Jornada:

“Los grupos de la delincuencia organizada están contendiendo con las autoridades y el Estado mismo para tener capacidad delictiva que ya raya en el control político y territorial”.

Las declaraciones de Gertz refuerzan la perspectiva de seguridad de las autoridades –Seguridad Ciudadana, Defensa, Marina– y revelan la necesidad de reforzar y relanzar la estrategia de seguridad. Y, en los hechos, explican el decreto del 11 de mayo del presidente López Obrador para aprobar la participación de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública en grado de seguridad interior.

Puestos de acuerdo en que las principales bandas, grupos y cárteles no sólo trafican con productos ilegales, sino que tratan de sustituir al Estado. La clave está en dos instancias hasta ahora intocables: las policías locales controladas por las bandas criminales y los gobiernos estatales y municipales que ven sus territorios como califatos y no parte del Estado federal.

No faltaba la declaración del fiscal Gertz porque los análisis de inteligencia federal –Seguridad Ciudadana, Defensa y Marina– han llevado a las mismas conclusiones. Pero sus palabras pueden sensibilizar al Presidente de la República para concluir que los grupos criminales quieren el poder, no el perdón de sus pecados y la vida eterna.

 

Zona Zero

  • Como Tamaulipas y Chihuahua en el pasado, ahora Guanajuato será el centro de la crisis de seguridad y de la estrategia reforzada contra cárteles en guerra entre sí. El Gobierno estatal parece que está entrando en razón debido a que la crisis ahí es del Estado federal y que la capacidad organizativa local ha sido rebasada. El centro de la crisis está en la guerra invasora del Cártel Jalisco Nueva Generación en los territorios del Cártel huachicolero de Santa Rosa de Lima. Tarde, pero parece que ahora sí habrá coordinación estatal-federal.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

 

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