Además de luchar en plena pandemia para no contagiarse de Covid-19, Saúl Gómez, repartidor de comida por aplicación, también debe lidiar con conductores de vehículos a diario, para poder llegar sano y salvo a casa; como él, miles de repartidores en la Ciudad de México salen a trabajar sin saber si volverán a casa.

En los últimos días se registraron al menos tres muertes de repartidores de comida por plataformas digitales, los cuales fueron embestidos por diferentes automóviles en la Ciudad de México.

César Arvizu murió en Río Frío y Javier Rojo Gómez; Saúl García murió en Circuito Interior y Av. Chapultepec ; Ramses Ávila en Circuito Interior a la altura del Bosque de Chapultepec.

Según reportes, César fue golpeado por un vehículo particular, por lo que salió proyectado y terminó sobre la banqueta, a unos metros de la motocicleta.

Al respecto, la aplicación DiDi lamentó la muerte de uno de sus socios repartidores y extendió el pésame a sus familiares, amigos y en general a la comunidad de repartidores. DiDi informó que desde el primer reporte del caso, se comenzó con la investigación pertinente a través del equipo especializado de seguridad, a pesar de que al momento del incidente el socio repartidor no se encontraba conectado a la aplicación, por lo que colaborarán con las autoridades.

“En DiDi Food trabajamos constantemente en crear programas, convenios y tecnología que mejoren la seguridad de socios repartidores, clientes y restauranteros”, dijo en un comunicado.

Sin embargo el caso aún sigue impune, aseguró Saúl, por ello hizo un llamado a las autoridades a brindar más protección a los repartidores, pues es un oficio que muy pocos reconocen.

“Las aplicaciones se lavan las manos, no hacen nada, no nos protegen, ellos únicamente están preocupados por seguir recibiendo dinero de nuestros envíos”, acusó.

Bajo el lema “En tu pedido va mi vida”, Saúl sale todas las mañanas de su casa persignándose y despidiéndose de su abuela y madre.

Apenas el 29 de mayo, un grupo de al menos 300 repartidores se manifestó en el lado poniente del Monumento a la Revolución, desde donde iniciaron una caravana a la Glorieta de Insurgentes frente a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

La caravana fue denominada “Ni un repartidor menos”, con la que buscan exigir a las empresas de aplicaciones móviles el cumplimiento del pliego petitorio que realizó la comunidad internacional y repartidores de México; así como solicitar al Gobierno federal una nueva reforma laboral que los contemple sin perder flexibilidad de horarios ni ganancias.

 

LEG