Desde el comienzo de la pandemia, he mencionado que lo más importante es la salud. Por lo que debería ser el principal tema del que nos tenemos que ocupar, por encima de cualquier otro. Todas las voces y expresiones deben unirse para combatir la pandemia y las consecuencias de ésta. Actualmente, el número de contagios y de fallecidos es alarmante, al 21 junio, en el país hay 180 mil casos confirmados y la cantidad de fallecidos supera los 21 mil.

 

En medio de esta terrible situación, parece que el confinamiento nos ha vuelto más insensibles, porque urge hablar de cualquier otra cosa. Ya habrá momento para preocuparnos por otros temas, pero por lo pronto, es necesario que nuestra atención esté enfocada en una solución que termine con la epidemia y eso sólo lo haremos juntos. De no hacerlo, la posibilidad de un rebrote aún más severo está cada vez más latente.

 

La historia nos muestra que estamos aún lejos del fin de la crisis, ya que los rebrotes suelen ser más agresivos que la primera ola de la pandemia. Al hacer un comparativo con las pandemias previas, la Gripe Española y la Influenza H1N1, lo anterior se comprueba. En España, la segunda ola de la Gripe Española fue más letal que la primera; lo mismo sucedió en Tailandia con la Influenza H1N1, tras un año del inicio de la epidemia, la tercera ola fue más grave que la primera. Lo más preocupante es que con el coronavirus ya está sucediendo.

 

De hecho, algunos países que habían logrado salir de la pandemia o que habían aplanado la curva de contagios a un nivel mínimo, están presentando rebrotes. En China, tras 55 días sin contagios locales se reportaron 325 nuevos casos en los últimos 8 días, lo que se vinculó con la aglomeración de personas en un mercado mayorista de alimentos en Pekín y en Israel, tras registrar un promedio de 14 casos por semana hace un mes y medio, la cantidad se ha incrementado a un promedio de 236 en los últimos 7 días. Este rebrote coincide con la reapertura de actividades del sistema educativo que había estado cerrado hasta mayo.

 

Adicionalmente, en Alemania el ritmo de contagios se duplicó en los últimos días. En los últimos 5 días se han presentado más de 3 mil casos, una cantidad similar a la de los 10 días previos. No cabe duda de que los países están ansiosos por reabrir su economía, el problema es que cuando se flexibilizan las medidas la gente suele interpretarlo como el final de la crisis, pero hay que tener cuidado porque el virus se sigue propagando.

 

Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que el mundo entró en una fase peligrosa por el desconfinamiento. Sin duda, es entendible porque la gente está cansada de estar en casa, además, que muchos no pueden quedarse encerrados sin actividad porque viven al día, sin embargo, apresurar el regreso puede echar por la borda todo el trabajo hasta ahora realizado.

 

Por ello, en esta nueva normalidad se deben seguir las medidas de prevención contra el virus. Es indispensable el uso de cubrebocas y en la medida de lo posible de una careta, lavarse las manos constantemente, evitar tocarse la boca, la nariz y los ojos y mantener desinfectado las zonas de uso común, así como de mantener la sana distancia.

 

Las autoridades nos piden que sigamos las indicaciones del personal de salud, porque es la única manera de disminuir el contagio y los casos nuevos, no nos piden que dejemos de ser mexicanos. No hay que bajar los brazos, porque mientras más protegidos estemos, más cuidaremos de nuestra salud y la de los demás. Éste es el momento de formar un frente común y proteger la vida de muchas personas, aportando desde lo que a cada uno le toca.

 

 

* Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analitycs y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).
@ArturoAvila_mx