Foto: Especial El doctor Mario Ignacio Álvarez impartió en línea una reflexión respecto del presente y futuro inmediato de los derechos humanos  

El doctor Mario Ignacio Álvarez Ledesma, Secretario General de la Sala Constitucional del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, impartió en línea una reflexión respecto del presente y futuro inmediato de los derechos humanos en medio de la crisis del Coronavirus.

 

Manifestó que cuando China anuncia en diciembre pasado el primer caso de Covid-19, simplemente se agudizó la disfuncionalidad, ya existente, entre derechos humanos y políticas públicas, así como la asimetría de sus discursos axiológico, político y jurídico, poniendo todavía más en evidencia, que si los presupuestos funcionales de los derechos humanos no operan, éstos no pueden existir, resultando inútil exigir su respeto.

 

Refirió que la importancia de los derechos humanos radica en concebir a los seres humanos como entes que gozan de autonomía moral, capaces de distinguir entre el bien y el mal, lo que explica que debamos ser tratados en función de nuestras decisiones, es decir, con respeto a nuestra intrínseca dignidad.

 

El también profesor-investigador de la Escuela Libre de Derecho, afirmó que los derechos humanos son el objeto y la base de las instituciones sociales, en tanto valores fundamentales que la sociedad debe cuidar, y requieren condiciones funcionales como son: la existencia de una democracia sólida, desarrollo económico -porque los derechos humanos, su vigilancia y atención cuestan- y, por supuesto, un Estado de Derecho funcional. Los derechos propician pluralidad, apertura y, por tanto, tolerancia.

 

Añadió que los derechos humanos son exigencias éticas de importancia fundamental que se adscriben a toda persona sin excepción, por razón de esta condición, posee carácter universal y fueron creados para defender a los individuos de las desviaciones del poder público; empero, no son la panacea.

 

El doctor Álvarez Ledesma dijo que mas allá de los aspectos teóricos hay una relación directa entre el grado de protección de los derechos humanos y sus presupuestos funcionales. En efecto, las condiciones democráticas, económicas, del Estado de Derecho, la pluralidad y educación mínimas sin las cuales la vigencia y florecimiento de aquéllos resultan imposibles. Si los presupuestos funcionales no operan adecuadamente, los derechos humanos se convierten en “derechos de papel”.

 

Ello explica que aquellos países con un más alto índice de desarrollo humano, los derechos humanos hallan una mayor vigencia y respecto. Tal sería el caso de Noruega, Suiza, Irlanda o Alemania, por ejemplo. Por el contrario, la mayor parte de los países africados y latinoamericanos, tienen serias dificultades para darle vigencia a los derechos humanos de sus gobernados, toda vez que sus presupuestos funcionales, reflejados en su bajo índice de desarrollo humano, están permanentemente en crisis.

 

A lo anterior se suma, una tendencia hacia el populismo como salida fácil, el cual ha surgido incluso en países como Estados Unidos (el que por cierto se encuentra la 15ª. posición en la tabla del índice de desarrollo humano de 2018) y por supuesto en muchas naciones latinoamericanas y algunas europeas.

 

Abundó que, desafortunadamente, en México la crisis en materia de derechos humanos se refleja por el fracaso de sus presupuestos funcionales, es decir, su afectada democracia y débil Estado de Derecho, el grave subdesarrollo económicos y, por supuesto, el fracaso de sus políticas públicas en rubros como salud y educación.

 

El doctor Álvarez Ledesma, dijo que la pandemia por covid-19 nos cayó de golpe y agudizó esos déficits, lo cual reconoce y alerta tanto la Corte como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en sendos documentos publicados el 9 y 10 de abril. Documentos donde advierte la necesidad de supervisar y vigilar la vigencia de los derechos humanos, a pesar de que en casos como el mexicano, el gobierno federal se ha dedicado ha disminuir la fuerza de las comisiones de derechos humanos y de otros organismos independientes que podrían llevar a cabo dicha supervisión y vigilancia.

 

Finalmente, el académico afirmó que es indispensable garantizar el acceso a la justicia, proteger la actividad de los periodistas y defensores de derechos humanos. Enfatizó que la mejor manera de medir las afectaciones es contar con un sistema democrático, una economía estable y un Estado de Derecho fuerte.

 

 

 

fahl