Foto: Cuartoscuro / Archivo La técnica de detección masiva es más precisa que las pruebas moleculares basadas en PCR pues se fundamenta en la secuenciación de regiones del genoma del virus  

Ante el anuncio de la vuelta a la “nueva normalidad”, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) propuso una estrategia de detección masiva de infecciones por SARS-CoV-2 como prueba adicional para el desconfinamiento.

 

La estrategia propuesta por la Unidad de Genómica Avanzada-Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (UGA-Langebio) podría analizar hasta 19 mil 200 muestras de personas a la vez en entre tres a cinco días.

 

La técnica de detección masiva es más precisa que las pruebas moleculares basadas en PCR pues se fundamenta en la secuenciación de regiones del genoma del virus.

 

“Es decir, analiza la secuencia nucleotídica de fragmentos de su genoma para asegurar la detección efectiva de SARS-CoV-2”, explicó el director de la UGLA-Langebio, Alfredo Herrera Estrella.

 

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En un comunicado, señaló que la secuenciación masiva tiene importancia y utilidad ahora que se piensa iniciar la fase de regreso a la actividad normal, debido a que es fundamental identificar quiénes están infectados con síntomas o asintomáticos.

 

Así, con una segunda prueba los que ya superaron la infección podrían regresar a la vida cotidiana con seguridad ya que no podrían transmitirla, indicó.

 

La estrategia se realiza a través de amplificaciones dirigidas de ADN, en las que se obtienen fragmentos para introducirlos a los secuenciadores, lo que permite manejar de una sola vez hasta 19 mil 200 muestras, que representan casi 20% del total analizado en el país durante toda la pandemia.

 

Una ventaja de la secuenciación masiva, con la infraestructura de la UGA-Langebio, es que cada prueba tendría un costo 60% menor a las realizadas actualmente por los institutos de salud pública, lo que representaría un monto de 600 pesos, incluida la toma de muestras.

 

Para poner en marcha la estrategia se requiere de un insumo denominado oligonucleótidos (cebadores), secuencias sintéticas de ADN de 35 a 50 bases, complementarias a partes del genoma del virus, que permiten amplificar las regiones a secuenciar.

 

Las pruebas resultan más efectivas que las de PCR por generar datos cuantitativos y ofrecer la secuencia de ADN de los fragmentos amplificados, con ello se puede verificar con toda certeza el virus observado; además, se podrían detectar algunas de sus mutaciones en esas regiones, con lo cual se tiene mayor certidumbre”, dijo.

 

Herrera Estrella aseguró que la UGA-Langebio cuenta con los recursos humanos y técnicos en la realización de las 19 mil 200 pruebas en menos de una semana, sólo se requieren dos personas en el manejo del equipo de nueva generación altamente especializado para la secuenciación masiva.

 

Para contar con las muestras se plantea que personal entrenado las recoja en los domicilios, trasladarlas a un laboratorio de bioseguridad nivel dos, donde se extraería el ARN del virus, y finalmente entregarlo a los investigadores del Cinvestav que realizarían su procesamiento con el objetivo de hacer el análisis masivo.

 

Mencionó que sólo espera contar con autorización oficial y recursos para adquirir los oligonucleótidos porque hacer 960 pruebas a la vez implica una inversión de un millón 200 mil pesos; para cinco mil 400, son necesarios seis millones 800 mil; y alcanzar 19 mil 200 pacientes, se requieren 24 millones de pesos.

 

Estos recursos se van recuperando conforme se realizan las pruebas, finalizó.

 

EAM