Aunque el personal médico en los hospitales es la primera línea de atención para pacientes con Covid-19, y de ellos depende en buena medida que alguien recupere su salud, hay quienes les ven con recelo y temor al considerarles fuente de contagios.

Ante esa situación, autoridades estatales han tomado medidas para defender a quienes están luchando por la salud de la población.

Ayer, el Congreso de Colima aprobó la iniciativa de reforma al artículo 223 del Código Penal estatal, el cual ya establece prisión y multa a quien provoque el odio o incite a la violencia; veje o excluya a alguna persona; nigue o restrinja derechos laborales, o retarde un trámite, servicio o prestación, pero se agregó que si estas conductas se comenten durante una emergencia sanitaria, y en contra de personal del sector salud, la pena de prisión y multa aumentará en una mitad a la prevista en la ley.

Oaxaca reforma Código Penal 

En Oaxaca, el pasado 15 de abril el Congreso aprobó por unanimidad una reforma al Código Penal local para castigar, hasta con seis años de prisión, a la persona que cometa algún delito contra médicos y enfermeras.

En ese estado se incrementaron las agresiones, una de ellas fue cometida por un funcionario local, quien, diagnosticado con Covid-19, escupió a médicos por no recibir un trato preferencial; posteriormente fue destituido.

Jalisco crea fiscalía

En Jalisco, esta semana se puso en operación una agencia especializada para atender agresiones contra el personal médico con seis ministerios públicos que atenderán las 24 horas del día, ayer se conoció que se han presentado once denuncias.

En Guadalajara, y ante los ataques y discriminación hacia médicos y enfermeras, una agrupación de taxistas decidió ofrecer sus servicios a este sector de manera gratuita o con tarifas bajas.

En tanto, la Guardia Nacional anunció que mantendrá vigilancia en 346 hospitales distribuidos en todo el territorio nacional como medida para evitar más agresiones al personal médico.

Trabajan bajo discriminación y violencia

Ayer se conoció de otro acto de discriminación hacia personal médico, ahora contra un enfermero de Nuevo León, a quien un conductor de un autobús le impidió subir porque lo vio con su uniforme y cubrebocas.

En su perfil de redes sociales, el trabajador, de nombre Uziel Carranco, relató los hechos, “me dijo (el chofer) fuerte y claro, tú no, tú no subes. Y sentí bien feo porque toda la gente se me quedó viendo, pero pues bueno es México, qué más le podemos hacer. Pues ni modo a esperar otro camión a ver si me sube”, escribió el enfermero.

Situaciones similares se han presentado en el transporte público de Jalisco y Tabasco, donde también les ha sido impedido el acceso, o el personal es increpado abordo.

En San Luis Potosí, el viernes pasado una enfermera fue atacada por una familia. En sus redes sociales la mujer dijo que luego de dejar a su hija compró un café antes de llegar a su trabajo, al llegar a su auto, dos niños le aventaron jugo, al reclamarles, la madre de los menores respondió dándole un golpe en el rostro, y tras pelear en el pavimento le fracturó dos dedos.

Una de las primeras agresiones que se conocieron fue en Yucatán a principios de abril, cuando a una enfermera que se dirigía a su trabajo un sujeto le arrojó café caliente en la espalda al tiempo que le gritó que no lo contagiara de coronavirus.

 

 

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