Héctor Zagal
 

Profesor investigador de la Universidad Panamericana, campus México
SNI II

Hace unas semanas, la publicidad del PRI intentaba recordarnos a los mexicanos todo lo bueno (sic) que sus gobiernos nos dejaron: la educación pública, la seguridad social, la electricidad… Creo que tienen malos asesores de publicidad, pues olvidaron su legado más importante, un legado maravilloso: los tacos gobernador. ¿Los han probado? Al gobernador de Sinaloa, Francisco Labastida, ese que después quiso ser presidente de México, le debemos esos tacos. El gobernador estaba de visita en Mazatlán. Él y su comitiva visitaron el restaurante Los Arcos, donde le prepararon estos tacos de camarón, queso y algunos secretos más. A Labastida le encantaron y cuando preguntó cómo se llamaban, le respondieron “Tacos gobernador”. Supongo eso sí, que fuimos los contribuyentes quienes pagamos la cuenta.

Y ya que estamos hablando del origen del nombre de algunos platillos. ¿Les gustan las galletas maría? Son deliciosas con cajeta o con leche condensada. Son ideales para acompañar un vaso de leche. Las inventó Peek Freans en 1874, para celebrar la boda de la Gran Duquesa María Aleksándrovna de Rusia con Alfredo, Duque de Edimburgo, hijo de la Reina Victoria. Eso no quiere decir que se hayan servido en el banquete de bodas; simplemente fueron galletas conmemorativas.

¿Y la mayonesa? Cuenta la leyenda que fue inventada en Mahón, un puerto de la isla de Menorca. En el siglo XVIII, los franceses, comandados por el Duque de Richelieu, invadieron la isla. Una noche, el duque entró hambriento a una taberna y ordenó que le sirvieran algo de cenar. No había más comida que carne con salsa de Mahón. Al francés le encantó la salsa y se llevó la receta a su país. La leyenda es verosímil, pues la mayonesa es pariente próximo del alioli.

¿Les gusta la salsa Bechamel? No es una salsa muy común en las mesas mexicanas. Suele usarse en la preparación de lasaña, para evitar que quede muy seca y es el ingrediente clave para las croquetas españolas. Se hace utilizando mantequilla, leche y un poco de harina. Aunque desde el siglo XVI los italianos preparaban salsas blancas parecidas a la bechamel, la receta actual se atribuye al cocinero del Duque Louis de Béchameil (1630-1703). Y claro, como sucede en tantas ocasiones, el jefe se llevó los créditos. Lo más probable, sin embargo, es que el cocinero del Duque simplemente haya perfeccionado alguna receta de salsa blanca. ¿Cómo? Con los tres secretos de la cocina francesa: mantequilla, mantequilla, mantequilla…

Seguramente, todos hemos escuchado hablar de la batalla de Waterloo que tuvo lugar el 18 de junio de 1815. La ganaron los ingleses, los holandeses y los príncipes alemanes contra Napoleón Bonaparte. El artífice de la derrota fue Arthur Wellesley (1769-1852), primer Duque de Wellington. Se dice que en su honor se inventó el maravilloso e indigesto filete Wellington: un filete envuelto en un hojaldre, con champiñones, paté y una salsa de vino de Madeira. Delicioso. Eso sí, ahí les encargo el colesterol.

Pero no todo es cocina emperifollada. También hay fastfood de origen fifí. Allá por el siglo XVIII, hubo un noble inglés, John Montagu, aficionado a los naipes. Era tal su afición al juego que se saltaba la comida frecuentemente. Para evitarlo, sus sirvientes idearon un platillo muy sencillo: rebanar un fiambre o un embutido y colocarlo entre dos rebanadas de pan. Así, el aristócrata podía comer mientras jugaba, sin temor a ensuciar las cartas. Por cierto, ell título que ostentaba Montagu era Conde de Sandwich.

¿Y ustedes? ¿Han inventado algún platillo? ¿Cómo lo bautizaron?
Sapere Aude! ¡Atrévete a saber!
@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana