Foto: Cuartoscuro / Archivo La superación de esta realidad tan tremenda que lograremos en total sintonía con Jesús, tal como proclamamos al inicio de Cuaresma  

Ante la contingencia por Covid-19 la Iglesia llamó a los fieles a permanecer en casa, resaltó que entre el Calvari -ignominia y desolación- y el sepulcro abierto y vacío -luz y resurrección- hay un espacio que no hemos valorado suficientemente: el descanso en la paz y en el silencio.

 

“En el séptimo día de la creación Dios descansó de cuanto había hecho, y en el sábado posterior a su mayor servicio -su muerte en cruz- Jesús descansó para manifestarse glorioso en el Domingo sin fin que ilumina al hombre redimido con su sangre”, detalla el Semanario Desde la Fe.

 

“El confinamiento sanitario que se ha planteado ¿podemos asumirlo como el descanso en el sepulcro previo a la resurrección?; el distanciamiento social que se plantea para atenuar los efectos de la pandemia ¿podemos asemejarlo a la paz y silencio del sepulcro que contemplará la victoria sobre la muerte?; los instrumentos y herramientas tan prácticos como cubrebocas y guantes, ¿acaso pueden compararse a los lienzos con que fue envuelto el cuerpo muerto de Jesús, mismos que quedarán en orden y separados luego de su resurrección?”, cuestionó la Curia.

 

Resalta qué hay preguntas que pueden parecer muy forzadas pero que quieren ayudar a una comparación práctica, “de modo que si nos repiten quédate en casa podamos entender: descansa en Dios y si nos insisten lávate las manos, nos remitamos a la mirra y aromas conque ungieron el cuerpo de Jesús; y si utilizamos guantes y tapabocas lo estemos haciendo como cuando envolvieron el cuerpo de Jesús en una sábana limpia”.

 

Subrayó que tenemos como destino la vida y la resurrección. Pero sabemos que el camino cruza por la entrega hasta el dolor extremo.

 

“De ahí que el calvario de tantos enfermos y la entrega de todo el personal médico exige también el descanso y el silencio de quienes podemos colaborar para que pronto llegue la luz de la resurrección, la superación de esta realidad tan tremenda que lograremos en total sintonía con Jesús, tal como proclamamos al inicio de Cuaresma: Yo muero con Cristo, para resucitar con él”, refirió.

 

MGL