Si no hay un anuncio claro y preciso de que a quienes se queden en casa se les garantizará el sustento de cada día, difícilmente veremos a todos los mexicanos dejar de salir a la calle para “achatar” la curva de contagio.

No se puede dejar a la voluntad de la gente una decisión de Estado, y más cuando está de por medio el pan de cada día y la salud de todo un país.
Hay especialistas que aseguran que las medidas para enfrentar la crisis deben ser radicales, como por ejemplo suspender proyectos como Dos Bocas, para dar señales positivas sobre Pemex a los grupos financieros internacionales, además de apoyar a la población más desprotegida con recursos que les permita sobrevivir en esta emergencia.

Visto de otra forma: “pagarles” para que se queden en casa. Así, como a algunos ejidatarios se les da un recurso para que no talen o no pesquen en áreas protegidas, a los taxistas, vendedores informales, propineros, guías de turistas y prestadores de servicios que viven al día, hacerles llegar un apoyo para sobrevivir.

¿Y de dónde va a sacar dinero el Gobierno? Que pida prestado. Ahora, más que nunca, es una decisión que estaría plenamente justificada. No hacerlo y exigir que la gente se quede en casa para que la mayoría de los mexicanos estemos sanos, no sólo es injusto, sino que, llegado el momento en que se les pretenda obligar a no salir… sería hasta inhumano.

Los tomadores de decisiones en este país conocen las características de la sociedad y entienden que la mayoría vive de ingresos del mercado informal. Ese que no come si no trabaja un día.

México aún tiene una línea de crédito con el FMI que puede utilizar para proteger a su población y lograr que no salgan a la calle, claro mientras la calificadoras no nos sigan bajando la nota y el crédito se encarezca, de ahí la importancia de cancelar Dos Bocas.
Como una autoridad fuerte, que aún lo es, el Gobierno de México debe lograr acuerdos con la banca y los grupos financieros para que pospongan las deudas mientras pase la crisis, así como ofrecer apoyos fiscales a la IP. La salud de los mexicanos y de la patria lo valen.

#A’iVieneElLobo
El mundo se mudó a Web y México no es ajeno. Conforme las calles se vaciaron las redes de internet se saturaron: habrá nuevos negocios, nuevos servicios, nuevos abusos… muchos de los ciberdelitos que ya se asomaban se dispararán. México requerirá un marco legal moderno, ajustado a las necesidades de los nuevos tiempos. Por eso no es tiempo de que nuestros legisladores se vayan a descansar o estén pensando en los tiempos electorales. Hay que adaptar la legislación a los tiempos que ya se veían venir pero que la pandemia adelantó. Es la hora de los líderes.

 

                                                                                                                                       @chimalhuacano