Preocupados están en la Secretaría de Salud, al reconocer que el mensaje que invita a quedarse en casa a la mayor cantidad de mexicanos posible ante la pandemia del coronavirus, no ha llegado de manera correcta.

 

Y cómo no prender los focos rojos, cuando el mismo titular del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, envió en menos de ocho días, dos mensajes contrarios.

 

El fin de semana pasado, desde una fonda en Oaxaca, invitaba a los mexicanos a no tener miedo y salir para activar la economía y cinco días después y con los informes técnicos en mano, pidió quedarse en casa, ante el riesgo de una saturación en los hospitales.

 

Pese a que el video de Oaxaca fue retirado de sus redes sociales, el daño ya estaba hecho, y el contagio de sus palabras alcanzó a empresarios y gobernadores.

 

Fue Ricardo Salinas Pliego, dueño de Elektra, Banco Azteca, Coppel, TV Azteca entre otras empresas, quien informó a su personal que la mejor forma de sacar adelante a México es salir a las calles y comprar, minimizando el daño que genera el coronavirus.

 

El otro contagiado por el Presidente fue el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien aseguró que el Covid-19 sólo afecta a los ricos y que el caldo de guajolote es un buen remedio para combatirlo.

 

Cuanta miseria se puede apreciar en ambas declaraciones; motivadas por la avaricia y la incompetencia.

 

El viernes el Primer mandatario, rectificó e hizo un llamado a la iniciativa privada para apoyar las medidas de distanciamiento, con el compromiso que habrá una pronta recuperación económica, lo que no dijo es cómo será.

 

Sin embargo, existe una alerta mayor, pues se corre el riesgo de que la austeridad mal entendida y mal implementada por el gobierno federal, pudiera generar un desabasto de insumos para enfrentar la crisis de salud.

 

Todo parece indicar que México llegó tarde a la compra de estos productos, apenas el sábado se dio la orden presidencial de tomar medidas extraordinarias para la adquisición de material hospitalario para hacer frente a la pandemia.

 

Dice el Presidente que vamos bien, pero tuvo que esperar a que aparecieran 132 nuevos casos en un día, para hacer uso de su fuerza moral y llamar a los mexicanos -en un improvisado video- a quedarse en casa y a entender que de no acatar las medidas, el sistema de salud, podría colapsar.