La decisión presidencial de retrasar la interrupción de actividades económicas por la pandemia del coronavirus tuvo una razón productiva: causaría más daño económico el parón de actividades económicas que la enfermedad, pero al final el costo del PIB podría ser de 5 puntos porcentuales.

Los primeros cálculos tienen señales buenas y malas. Las primeras refieren el hecho de que el frenón productivo y el aislamiento de personas disminuiría las cifras de inseguridad, pero ya se hacen cálculos del aumento mayor de delitos cuando se enfrente una recesión que podría tener efectos de PIB negativo en 2020 y en 2021. Y en situaciones de pobreza los delitos suelen aumentar.

Apenas el lunes el secretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo Montaño, celebraba la disminución de delitos contra el patrimonio, pero en el fondo tenía ya previsiones de que esos delitos podrían subir saliendo de la pandemia por razones de sobrevivencia.

Ahí es donde se justifican todo tipo de programas de emergencia para evitar el desempleo posterior a la epidemia. Antes de la enfermedad se había registrado un aumento en robos a personas, negocios y casas por pequeñas bandas y no cárteles. Se les ha caracterizado como robos al menudeo. Las víctimas no son personas con amplios recursos, sino apenas con el gasto del día.

Los delitos de este tipo aumentaron en 2019 por el PIB bajo de -0.1%, sin creación de empleos. El PIB de 2020 oscilará entre -4% a -7%, sin capacidad de recuperación en cuando menos dos años. En este sentido, tres años sin crecimiento económico son tres años sin aumento en el empleo, aunque la demografía aporte cada año 1.5 millones de mexicanos que buscan empleo cada año por primera vez en la economía… y no lo están encontrando.

Por ello la importancia de darle prioridad al crecimiento económico porque si no hay empleo entonces no quedará otra más que robar.

 

Zona Zero

  • Los saqueos de tiendas departamentales de alimentos y víveres tienen el tufo de recolecta de productos para circularlos en el ambulantaje. No son robos de hambre o crisis. Bandas delictivas aprovechan el desconcierto de las oficinas locales de seguridad para robar productos, no alimentos. Y, por lo que señalan expertos en seguridad, van a crecer este tipo de robos, aprovechando la poca vigilancia en esas tiendas.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

 

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