Los apodos, insultos y mentiras para tratar de desacreditar a quienes piensan diferente no ayudarán a nadie a enfrentar ni a mitigar la crisis del Covid-19, al contrario, son un obstáculo en el cuidado de la salud y la seguridad de la sociedad, porque no sólo provocan una mayor crispación y elevan el encono, sino que generan un ruido que opaca los mensajes vitales.


Un ejemplo claro se observa en el análisis realizado por las empresas especializadas Metrics & Xpectus, sobre los mensajes del 1 al 20 de marzo relacionados con el tema “Coronavirus México”, en el que se muestra como la confirmación de los 26 casos positivos por la enfermedad (EL 13 DE MARZO) es similar, en comentarios y retuits, entorno al fake news sobre la supuesta muerte del empresario José Kuri (ENTRE EL 15 Y 16 DE MARZO). E, incluso, el debate sobre las declaraciones de John Ackerman de que el Presidente era un científico, compitieron como el tema “Susana Distancia”.
Lo más lamentable es que en este universo de ataque y contraataques, se detectaron casi dos por ciento de bots en este tema.


En el camino se han cometido errores y excesos de las dos partes de esto que ya se conoce como el
amlocentralismo. Un fenómeno en el que participan líderes de opinión, y sus seguidores, que centran prácticamente todo lo que sucede en el país en la figura del Presidente, a favor o en contra de él.
Sin otra intención, más que de golpear, se han difundido fake news para desvirtuar el mensaje o la imagen de Andrés Manuel López Obrador. Pero también se ha utilizado información falsa para defender o justificar actos cuestionables.


Y así nos agarra esta crisis a los mexicanos. Con una sociedad dividida en torno a un personaje mientras una gigantesca ola está a punto de golpearnos de lleno.


Aún estamos a tiempo para aglutinarnos todos en torno a un objetivo: el salir lo mejor librados de esta situación desconocida no sólo para México, sino para el mundo entero. Sólo la unidad nos salvará.


Hoy la Ciudad de México baja la cortina en cines, bares, iglesias y teatros. Una acción radical que puede salvar muchas vidas, pero que meterá en apuro a miles de personas que todos los días llevan a su casa el sustento.


Aquí, las empresas deben encontrar modelos de solidaridad respaldadas en decisiones de Gobierno. No se trata de regalar nada a alguien, sólo de entender que la economía del mundo se paraliza por un objetivo común: el de salvar la vida de miles de personas.

#A’iVieneElLobo
Hagamos una pausa y tiremos a la basura, o cuando menos guardemos en el cajón los insultos. Se vale disentir, pero los insultos nos afectarán más de lo que nos pueden ayudar a salir de esta crisis. Comencemos omitiendo el uso de las palabras fifís o chairos y aislando a sus emisores, algunos de ellos tan efectivos en su trabajo de sembrar fake news para generar miedo y odio.

 

                                                                                                                                    @chimalhuacano