Ángel Álvaro Peña

La reelección de legisladores no sólo es una manera de extender el mandato sino de mejorar el servicio que puede brindar el representante a sus representados en la vida pública de cada una de las actividades que les corresponde.

No habrá posibilidad de que un mal legislador pueda reelegirse si hizo un mal trabajo. Los votos en contra se vendrían en cascada. Para informar sobre los logros y virtudes de cada diputado, presidente municipal o cargos que deben someterse a este formato, los candidatos deben dar a conocer sus tareas, pero sobre todo, no ser unos completos desconocidos para la gente que supuestamente representan.

Y esta labor no pueden empezar a hacerla de ahora en adelante, debieron seguir teniendo contacto con sus representados desde el primer día de su gestión como legisladores. De no ser así ni siquiera deben pensar en una reelección, porque no cumplieron con la regla más elemental de la búsqueda del voto que es la de ser conocidos y reconocidos. Esto es lo único válido, porque no se vale que estuvieron haciendo tarea de escritorio sin darle la cara a los representantes y votando, rechazando o aprobando leyes que sólo ellos consideraban buenas o malas, sin saber el parecer de los representados.

Falta poco más de un año para que su gestión pudiera ser premiada con otros tres años de trabajo, pero de trabajo. Porque hay legisladores que sólo basan su tarea en el protagonismo que les ofrece la tribuna y de ahí no pasan. Se preocupan por su imagen sin trabajo de representación social.
Ahora que la Cámara de Diputados aprobó con mayoría de Morena y sin la presencia del PAN, PRI y PRD, reformas con las que legisladores se podrían reelegir.

Se avalaron reformas legales para reelegirse en el cargo sin solicitar licencia, por lo que podrán hacer campaña y precampaña sin dejar la curul.

Impulsaron la iniciativa los diputados Reginaldo Sandoval (PT), Rocío Narrera Badillo (Morena), Fernando Manzanilla (PES) y Alejandro Viedma (Morena). Dicha iniciativa permite la elección consecutiva e inmediata en dos periodos consecutivos para senadores y cuatro para diputados, con lo que los actuales legisladores podrían permanecer en el cargo hasta 2030. No será obligatorio dejar el cargo para hacer precampaña y campaña.

El 10 de febrero de 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación una reforma político-electoral que permitirá la reelección consecutiva a los legisladores, locales y federales, surgidos del proceso electoral de 2018.

Los senadores podrán ser reelectos por dos periodos consecutivos; los diputados federales podrán ser reelectos por cuatro periodos consecutivos (12 años). En el caso de los diputados locales, la reelección podrá ser hasta por tres periodos consecutivos (nueve años).

La dificultad para quienes no han vuelto a sus distritos, costumbre que es una tradición en los legisladores, de todos los partidos, es que la gente votará por quien conoce, y los menos conocidos del ámbito político son los diputados y senadores que representan actualmente a los ciudadanos.
Tal vez por ello, el Presidente de México, después de mucha insistencia sobre su opinión al respecto, consideró que debía reconsiderarse la postura de que no abandonen su curul para hacer campaña de proselitismo. Señaló sin más; “está mal”, que los diputados que busquen la reelección, puedan postularse sin dejar sus cargos.

“Eso está mal, pero digo, eso yo creo que ellos mismos lo van a corregir”, señaló el Jefe del Ejecutivo.
El contacto de los políticos con la población debe ser el centro de la actividad legislativa. Aquí la prolongación del mandato y la actividad frente al micrófono en las sesiones, viene a quedar en segundo término, sin que dejen de ser importantes. Pero sigue llamando la atención que ser legislador continúa siendo una labor privilegiada, de otra manera no buscarían la reelección y se pelearían por autorizar dicha figura en las leyes electorales.

Esto quiere decir que los representados y la opinión pública deben exigir más trabajo a los legisladores para que, si bien sea un trabajo privilegiado por su salario y posibilidades de ampliar responsabilidades y beneficios, también merezcan el respeto de la población. Porque es una tradición en el país que los diputados y senadores son calificados de personas que no trabajan y cuando lo hacen es por causas muy particulares que en ocasiones les acarrean ganancias políticas o económicas.

Hay mucho que corregir en las viejas costumbres de los legisladores mexicanos de todos los partidos políticos. Hay mucho que hacer por la revaloración de su actividad y por el prestigio y dignidad de sus cargos. Esperemos que la reelección sirva para mejorar el nivel de vida de los mexicanos y consolidar la democracia. Es decir, es una gran responsabilidad en manos de muchos que no están conscientes de la trascendencia de esta tarea.

No falta quien asegure que esta aprobación mayoritaria es la preparación para que el Presidente sea reelecto, cuando en realidad, lo que se busca es dignificar una actividad que se caracterizó por sus excesos.

Representar al pueblo es la misión más digna, pero la ambición de la gran mayoría de los legisladores desvirtuó su lugar en la historia, ahora deben recuperar su prestigio y empezar a hacer historia. Ojalá lo logren.

 

PEGA Y CORRE.– Ahora resulta que un juez exige al gobierno federal tomar las medidas necesarias para evitar el contagio del coronavirus. Todo porque el títere de Carlos salinas, llamado Claudio X. González, a nombre de su grupo de choque llamado Mexicanos Contra la Corrupción se le ocurrió que no se toman las medidas necesarias. La supervisión exige al Sector Salud dar a conocer las medidas de las que todos tienen conocimiento. Lo esencial es atacar a quienes ahora han llevado correctamente un problema mundial, cuyas consecuencias no pueden compararse con las de otro país; sin embargo, la intención de impedir que López Obrador gobierne, esta vez tiene tintes criminales, porque cambiar de estrategia para obedecer los lineamientos de quienes nada saben de salud, implicaría graves riesgos. Pero a ellos no les importa la salud sino recuperar sus beneficios, a través de sembrar el caos… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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