Foto: Twitter @Equinac_org Equinac reconoció que la recuperación de Benjamín para ellos fue un gran esfuerzo, invirtieron dos años en atenderle la amputación en una de sus aletas delanteras  

MADRID.- La organización animal Equinac dio a conocer en sus redes sociales la muerte de Benjamín, el ejemplar de tortuga boba que junto a la Guardia Civil de Almería reintrodujeron al mar hace 19 meses, luego de dos años de recuperación en sus instalaciones.

 

La fundación detalló que el ejemplar de la especie (Caretta caretta) fue localizado sin vida en las playas de Doñana, en Cádiz, después de que la semana pasada su transmisor dejará de emitir señales de su localización.

 

Aunque en un primer momento se pensó que la vida útil del transmisor había llegado a su fin, ayer personal de Doñana confirmó el hallazgo de la tortuga y se lo notificó a la organización, a través de la veterinaria Carolina Fernández, encargada de la empresa Seashore Enviroment & Fauna SL y quien también da cobertura al centro de recuperación de animales marinos del Cegma de la Junta de Andalucía.

 

Fernández, indicó el centro, será la encargada de realizar la necropsia al cadáver de Benjamín con el objetivo de determinar su causa de muerte.

 

Equinac reconoció que la recuperación de Benjamín supusó para ellos un gran esfuerzo, pues invirtieron dos años en atenderla por la amputación que tuvo que realizarse a una de sus aletas delanteras, que había sido destrozada por un arte de pesca.

 

Benjamín creció bastante en esos dos años y ganó el triple de peso, se fortaleció y decidimos que podía volver al mar, ya que muchas otras tortugas marinas han sobrevivido perfectamente sin una aleta”, señaló la ONG.

 

Tras su recuperación, el Ministerio de Transición Ecológica adquirió un transmisor de satélite para monitorear al animal cuando fuera liberado, que tuvo un costó de casi 140 dólares mensuales durante los 19 meses que Benjamín permaneció en cautiverio.

 

“Estamos muy tristes, pero esto funciona así, nosotros las recuperamos, las ponemos en marcha, pero son animales salvajes que deben volver a su hogar, el mar, aunque en el mar tengan que enfrentarse nuevamente con muchos peligros: contaminación, artes de pesca como redes de arrastre palangres o nasas, depredadores y demasiadas amenazas, de las que, desgraciadamente, no las podemos proteger”, lamentó la organización.

 

EAM