Los colores de La Mezcalli, en el núcleo del Centro Histórico de la Ciudad de México, fueron el escenario perfecto para el contraste de la atmósfera obscura que Hermana Mary lleva en su música llena de poemas e interpretación con tonos fríos y desgarradores.

Tras un largo retiro de los escenarios, la banda española regresó al país luego de su última visita en 2014, aunque pocos veían probable su reunión, los músicos conjuntaron una vez más sus ganas, su entrega y su arte para satisfacer a sus fieles seguidores, que desde 1997 los siguen.

Así pues, y con un lleno total, se llevó a cabo su presentación, con una vibra muy acogedora, pues los músicos se tomaron fotos con quiénes estuvieron ahí para verlos, disfrutaron del show introductorio de Edgar Torres, quién es bien conocido entre los asistentes, pues fue músico de Javier Corcobado, músico que ha colaborado con Hermana Mary.

El reloj marcaba pasada la hora cero y los músicos españoles, tomaron sus puestos e iniciaron su set, seleccionado de entre un solo disco de larga duración y 3 Eps, que fueron más que suficiente para entonar canciones como Siento, El trapecista, Payaso viejo, Mis sentimientos, entre otras.

A la mitad del set, Javier Lomas quien vestía un saco azul como la portada de aquel su album “Incertidumbre” de 1998, interpretó “Corazón de mar“, un poema escrito por Javier Jeth, que si bien consta de escasas 4 o 5 líneas, la interpretación musical y el recital, dieron lo suficiente para volverla una canción con un toque amargo y de Incertidumbre.

Entre gritos, aplausos y nombres de canciones que la gente pedía llegó el final de la presentación; una versión alargada de “Sucio”, canción de su primer álbum que hizo al público estallar, saltar, cantar y poder despedir a Lomas y compañía, quienes registran una presentación más en la Ciudad de México, igual de exitosa que la anterior.

 

PL