Ángel Alvaro Peña

Cuando los periodistas son noticia es que sus funciones se han extralimitado. Aquí y ahora los comunicadores muestran el desconocimiento de la libertad en su trabajo y se exceden para acaparar reflectores.

Pero cuando un reciento que cada mañana se convierte en la más alta tribuna política informativa permite que su espacio se transforme en campo de batalla, debe haber más seriedad a la hora de convocar a la prensa y de restringir el acceso de los comunicadores que no están debidamente acreditados.

La seguridad de las figuras públicas que protagonizan la conferencia mañanera de los principales actores políticos del país debe ser mayor. Esto también es un clamor popular que no ha sido escuchado, pero que continúa ahora cada vez con mayor fragilidad para los funcionaros públicos y, por otra parte, con más violencia entre los grupos de periodistas que tienen en la línea de sus medios consignas por cumplir en cada conferencia del presidente de la República.

El miércoles 4 de marzo, el trabajador del portal Bajo Palabra, solicitó al Presidente de la república que diera la instrucción a la Unidad de Investigación Financiera (UIF) de investigar las cuentas de la activista Frida Guerrera, así como de varios comunicadores para “saber quiénes los financian, quiénes les pagan”, para impulsar el movimiento #UnDíaSinMujeres. Marco Olvera, sugirió investigar el movimiento feminista y a las mujeres que están impulsando.

La agresión mostró no sólo la falta de respeto a una mujer, compañera de oficio, sino que demostró que hay algunos reporteros improvisados que todavía no conocen la libertad de expresión y la confunden con el libertinaje de acción. La falta de experiencia de estos sujetos no sólo en las lides del verdadero periodismo, sino para habitar la libertad sin precedentes que ahora gozan, hacen que personajes como Marco Antonio Olvera, del portal Bajo Palabra, hagan el ridículo ante todo el mundo.
La respuesta de Frida Guerrera, aludida por el pseudoperiodista, fue contundente, lo puso en su lugar sin violentar, pero con la fuerza de la razón.

Un día después, el jueves 5, Isabel González, de Grupo Imagen, puso en su lugar a otro oportunista del periodismo, un porro que acude a las mañaneras con un parche de pirata en el ojo; parche que sólo se pone durante las conferencias de prensa, quien un día anterior había expresado que ojalá le dieran un balazo a la reportera de Grupo Imagen, como a él se lo dieron al extremo de perder un ojo.
Isabel González, descubrió que el pirata del parche nunca recibió un disparo por su labor periodística porque, además, nunca ha sido periodista.

Pero sí cometió un crimen de odio al desear que a una mujer le dispararan.

La agresividad de dos imitadores de periodistas, a mujeres, es un delito que debe ser castigado. Sin embargo, el sujeto que se sintió juez y solicitó investigar las cuentas de Frida Guerrera, sigue asistiendo impunemente a las conferencias mañaneras del Presidente, a pesar de que hubo muchos testigos de la agresión y varios videos que documentan, en ambos casos, dicho delito.

La libertad de expresión se entiende desde la trinchera de algunos medios como un cuadrilátero, porque les han obligado a ser violentos en su lenguaje profesional, ya sea descalificando o agrediendo en lugar de que analicen e investiguen.

Es necesario que se respete, de una vez por todas a las mujeres, en todo lugar, también es urgentemente necesario que el gremio periodístico sea depurado porque en ese gremio también ha habido un sinnúmero de excesos donde se altera la realidad y se falta a la verdad.

La Cuarta Transformación tiene mucho qué hacer sin duda, y tiene en el gremio periodístico un grave problema porque de no intervenir en este su labor seguiría descomponiéndose como se mostró en días pasados, pero de hacerse algo al respecto desde el gobierno federal, comenzarían las quejas de violación a la libertad de expresión; sin embargo, se trata de una necesidad de cambio urgente, porque en esa práctica va implícito el derecho a la información que es una atribución de la población.
Habrá que regular los espacios que el gobierno federal adopta como espacios informativos, a los comunicadores, a los medios, para que la población tenga la certeza de que todo lo que digan los reporteros es verdad, de otra manera se estaría violentando el derecho de las mayorías a ser informados con la verdad.

La transformación debe ser un ejercicio democrático donde tengan voz y voto lo mismo periodistas, que propietarios de medios, que funcionarios públicos, legisladores y público en general.
Será una palabra común en defensa del derecho a la información que finalmente arroja un gran fortalecimiento a nuestra democracia.

Todo lo que se permite que suceda entre periodistas y pseudoperiodistas, en espacios oficiales, vulnera los derechos de la población a ser informados por personas responsables, conscientes de su sitio en la historia y de su compromiso social, que tiende a perderse definitivamente en caso de que no se haga algo al respecto de manera seria y profunda.

 

PEGA Y CORRE. – Lo único que le faltaba al PAN es montar una escena más cercana a una película del El Santo que al denunciar que han sido víctimas de espionaje y mostraron un micrófono que se encontró oculto en sus oficinas por parte de personal administrativo, por lo que se llamó a la Fiscalía General de la República para investigar cada una de las oficinas. Los aparatos encontrados como evidencia por el PAN datan de un par de décadas. No son útiles en estos tiempos, pareciera que se trata de un escenario armado por algún panista, así como acostumbran a buscar reflectores por causas ajenas y distantes a su labor original…