Enoja ver a un primer mandatario tan necio, que aprovecha la ignorancia de la mayoría de los electores que le apoyan para desviar la atención con tonterías o de plano con mentiras.

Es capaz de lanzar afirmaciones evidentemente falsas porque sabe que, a pesar de que los expertos lo van a desmentir, él dejará entre sus seguidores un mensaje que no habrán de cuestionar y la postverdad de las redes sociales y medios de comunicación afines, se encargarán de reforzar como un mensaje creíble para su clientela.

Así se ha manejado toda la vida. De hecho, esa estrategia de mentir con impunidad y conseguir un seguimiento cuasi religioso de sus electores fue lo que le llevó a la presidencia. Y ya como mandatario no ha dejado de usar la misma técnica una y otra vez.

Quiere, por ejemplo, culpar a otros de que la economía no esté creciendo al 4% cuando el único responsable de los desatinos que han limitado el crecimiento es él y únicamente él.

Es un populista que parece que se cree sus propias mentiras y eso puede ser lo más peligroso, porque eso lo hará no cambiar el rumbo.

¡Pero vaya que es necio Donald Trump!

Sale ahora el presidente de los Estados Unidos con la historia de que es culpa de la Reserva Federal de su país, y su política monetaria, que el Producto Interno Bruto no tenga tasas de crecimiento del 4% y que los principales indicadores bursátiles no estén mucho más arriba de los niveles actuales.

No quiere ver que su política de desatar guerras comerciales ha generado gran incertidumbre en su país y en el mundo entero. Desafiar a China, que vaya que no es precisamente un ejemplo de competencia limpia, con desatar una debacle en el comercio internacional, lo único que provocó fue incertidumbre y un freno de inversiones.

Pudo haber llegado a los mismos términos de la famosa fase uno del acuerdo comercial sin tanto aspaviento.

Y ni qué decir de su negación de la realidad del cambio climático. Sabe que tiene una amplia base electoral poco preparada que es fácil que crea que todo es un complot mundial en contra de su país antes que ver las catástrofes terribles que han azotado a todo el planeta por ese cambio de temperaturas y climas.

Busca distraer con cualquier estridencia para desviar la atención del hecho de que hoy mismo enfrenta un juicio político por abuso de poder y obstrucción al Congreso de su país. Y si bien goza de una mayoría que lo arropará, el desgaste de imagen puede ser fuerte. Por eso inventa lo que sea.

El problema es que un presidente tan poderoso puede fácilmente afectar a terceros con sus distractores con tal de desviar la atención.

Ya sabemos en México lo que significa quedar en la mira de Trump y ser utilizados como costal de box para ganarse a esos electores iracundos que poco reflexionan, pero que se sienten representados por quien vende soluciones mágicas. Que luego salen más costosas.

                                                                                                                               @campossuarez