Adrian Trejo

Una decepción el plan alterno al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), presentado ayer por los gobernadores del PAN.

Se ve que los del blanquiazul no quisieron ir directamente al encontronazo con el presidente López Obrador y cuidaron hasta el lenguaje en la presentación del documento.

Se trata de una lista de 6 puntos, todos buenos deseos o en su caso, de posiciones que debieron adoptar públicamente meses atrás cuando se sabía que el Gobierno desaparecería el Seguro Popular.

Quizá el punto más interesante, que expresa el desacuerdo de los mandatarios estatales con la decisión del Gobierno federal es la petición de la firma de un convenio de colaboración entre los estados y la Federación que supla a los de adhesión y coordinación con el Insabi que les mandó el Gobierno.

Desde luego que no es igual “colaboración’’ que “adhesión’’; el primero sugiera la conciliación de dos partes y el segundo la sumisión a lo establecido.

Pero este convenio debió haberse negociado meses atrás, desde que los gobernadores supieron que desaparecería el Seguro Popular.

¿O no se lo advirtieron los legisladores de sus estados?

El establecimiento de una mesa técnica con representantes de las entidades y la Federación para garantizar la gratuidad de los servicios médicos está es también una propuesta tardía, pero no descartable.

La razón asiste a los gobernadores cuando piden transparentar y definir el destino de los 40 mil millones de pesos del Seguro Popular, ya que en esta bola millonaria también van recursos de los estados.
El resto es política y administración, que poco le interesa a un enfermo de cáncer, de diabetes o de lo que quiera, que espera una solución al caos que ofrece la entrada en operación del Insabi.

La propuesta de los panistas además no fue apoyada con datos técnicos que pudieran hacer posible una comparación entre sus beneficios contra los ofrecidos por el Insabi.

No se presentó un esquema alternativo de administración de recursos financieros, humanos, de suministro de medicamentos u otros para considerar el documento realmente una propuesta.

El documento establece, eso sí, que la parte técnica será enviada “en breve’’ al Presidente para su análisis.

Mala estrategia, los ciudadanos de a pie ya no creen solo en las buenas intenciones, sino en las acciones.

Más que propuesta, la de ayer fue una carta de protesta.

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Negras se las están viendo las corporaciones federales para contener a la caravana de migrantes hondureños, salvadoreños y guatemaltecos que quieren utilizar al país como trampolín hacia Estados Unidos.

La caravana fue contenida por tierra pero sus integrantes se las ingeniaron para cruzar por el Suchiate, en donde no pudieron ser contenidos.

Hasta que pisaron territorio mexicano fue que la Guardia Nacional pudo contenerlos cuando ya avanzaban hacia Tapachula.

Las escenas del cruce por el Suchiate le darán la vuelta al mundo y colocaron al Gobierno mexicano entre la espada y la pared.

¿Cómo un Gobierno “humanista’’, según su propia definición, es capaz de contener y en algunos casos reprimir a los pobres migrantes que buscan un mejor futuro?
Eso de que el Gobierno de la 4T complace a Donald Trump al constituirse en el muro de la frontera sur, no nos lo vamos a quitar en cien años.

Pero ya hay una oferta de trabajo en la frontera para 4 mil de ellos.

Deberían de aprovecharla, porque para los mexicanos ni eso.

LEG