Foto: Especial En la provincia de Idlib hay casi 3 millones de personas atrapadas. Los presidentes de Rusia y Siria, Vladimir Putin y Bashar al-Asad, son aliados contra células de Al Qaeda  

En Siria, los focos siguen encendidos desde 2011. Hay más de 380 mil víctimas, los niños han sido despojados de su infancia, pues se ven obligados a participar en una guerra brutal y soportar numerosas violaciones de sus derechos, mientras son extremadamente vulnerables a la violencia y el abuso, señaló la Comisión de Investigación sobre Siria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde Ginebra.

 

El presidente de la Comisión, el brasileño Paulo Sergio Pinheiro, se manifestó horrorizado por el “flagrante desprecio por las leyes de la guerra y la Convención sobre los Derechos del Niño”, por parte de todos los actores involucrados en un conflicto que comenzó el 15 de marzo de 2011.

 

“Si bien el Gobierno de la República Árabe de Siria tiene la responsabilidad principal de proteger a los niños y niñas en el país, todos los actores en este conflicto deben hacer más para proteger a los niños y preservar la generación futura del país”, señaló.

 

Aviones rusos y la artillería siria han bombardeado pueblos y aldeas en las últimas semanas en una nueva ofensiva respaldada por las milicias proiraníes, cuyo objetivo es barrer toda oposición.

 

“Esta última oleada de desplazamientos agrava una situación humanitaria ya de por sí nefasta en Idlib”, dijo David Swanson, portavoz regional de la ONU para Siria, con sede en Amán.

 

Los aviones rusos y sirios reanudaron los bombardeos de áreas civiles en el enclave de la oposición dos días después de que un cese al fuego acordado entre Turquía y Rusia entrara formalmente en vigor el domingo.

 

Representantes de la ONU dijeron a principios de este mes que la crisis humanitaria había empeorado y que miles de civiles huían en la provincia de Idlib, además de las casi 400 mil personas que huyeron de los primeros combates.

 

 

 

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