Las fuerzas del gobierno sirio y sus aliados rusos lanzaron una intensa ofensiva aérea en la provincia siria de Idlib, en el noroeste del país, que dejó 60 muertos, entre ellos 21 civiles, y más de 80 heridos.

 

La Defensa Civil siria, también conocida como los Cascos Blancos, denunció que los ataques aéreos y las bombas de barril alcanzaron el miércoles un mercado de verduras en la ciudad de Ariha, así como talleres de reparación en una zona industrial.

 

Al menos 21 personas murieron en los ataques contra el mercado y las tiendas cercanas, incluido un voluntario de Defensa Civil, dijo el portavoz del grupo, Ahmed Sheikho, que agregó que 82 personas resultaron heridas, por lo que es probable que el número de muertos aumente, reportó el canal de televisión qatarí Al Yazira.

 

Los ataques aéreos del miércoles contra la ciudad de Idlib, el último bastión de la oposición en el país, enterró aún más un alto el fuego anunciado por Rusia y Turquía el domingo.

 

Las fuerzas gubernamentales y aliadas tomaron dos aldeas en su avance hacia la ciudad clave de Maaret al-Numan, señaló este jueves el Observatorio Sirio de Derechos Humanos de acuerdo con información del canal de televisión en lengua árabe Al Arabiya.

 

Según el monitor de guerra con sede en Gran Bretaña, la lucha estalló el miércoles por la noche en áreas al sur de Maaret al-Numan, el objetivo clave de la última ofensiva militar del gobierno sirio.

 

Al menos 22 combatientes antigubernamentales fueron asesinados, la mayoría de ellos miembros de Hayat Tahrir al-Sham, un grupo que incluye combatientes de la ex afiliada de Al Qaeda en Siria.

 

En tanto, 17 miembros de las tropas gubernamentales y milicias aliadas también murieron en los combates, dijo Rami Abdel Rahman, jefe del Observatorio.

 

Agregó que las fuerzas gubernamentales estaban ahora a solo siete kilómetros de Maaret al-Numan, una ciudad que fue uno de los bastiones del levantamiento contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad.

 

Los intensos enfrentamientos han provocado que cientos de miles de civiles huyan de sus hogares en las últimas semanas, exponiéndolos a un duro invierno.

 

 

PAL