La salida de Guido Rodríguez del América es una baja que dejará muchas cosas para este club, incluyendo directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición. Pocas veces se da en una transferencia que tenga tantos puntos a destacar.

Se va un gran jugador, el mejor del América los últimos cuatro torneos sin duda y compitiendo por serlo en la Liga MX, sin duda alguna también.

Un volante de recuperación de condiciones muy importantes y que llegó a nuestro futbol a Tijuana, y que Miguel Herrera trajo a la capital donde creció tanto, que llegó a su selección nacional, donde aún no logra la titularidad.

Se va por su intención de crecer como futbolista en una mejor liga, por tener ese reto particular. Para ello visualizó su promotor un panorama donde todo fuera ganar-ganar para ellos.

América se dio cuenta de su evolución y lo trató de firmar varias veces, aumentando así su cláusula de rescisión. El promotor se negó varias veces y puso contra las cuerdas al club. Esto sólo se logra cuando se tiene una materia prima de la calidad del argentino.

Hoy para que América logre capitalizar algo en dinero tiene que vender, si no en seis meses el jugador es libre.

Para la afición no es fácil aceptar su salida, no es entendible que a su edad hay aún mucho que ganar en lo futbolístico y en lo económico, el amor a la camiseta puede existir, pero es más importar asegurar el futuro.

La afición pide a su directiva aumente el sueldo, que el dinero lo detenga, se intentó, pero Guido y su promotor quieren arriesgar y saber que pueden cumplir un reto más: jugar en Europa, lo cual no se puede criticar.

Ahora la directiva deberá traer un nuevo refuerzo, tiene visualizados sus candidatos, pero la adaptación siempre es un tema y espera sea rápida y positiva.

Miguel Herrera tiene ya adaptado a Richard Sánchez, quien será la pieza más importante en ese centro del campo, donde contará con una dupla de mexicanos para auxiliar su trabajo. 

Se trata de Sebastián Córdoba, con ausencias seguramente por el Tri preolímpico y el Oso González, más ofensivo el primero y cuando se requiera defender el segundo, en lo que toma nivel el refuerzo.

Ahora bien, sin Guido, el técnico podría acomodar a su equipo unos metros más atrás, porque la dinámica y forma de empujar del argentino no se logra en un par de meses. Lo cual tampoco es del todo malo, América tiene todo para las transiciones (contra golpes) a gran velocidad.

Los compañeros también lo van a extrañar, su liderazgo tampoco es sencillo de olvidar. El mandaba en la cancha en los tiempos y orientaba el juego. 

Ahora bien, él también pierde, porque va a iniciar su reto, peleará por ser titular en un equipo de media tabla, que muchos partidos se ve superado por el rival. De diferente ritmo, donde imponer su liderazgo no será fácil.

Este reto a muchos no les funcionó y muchos perdieron, recientemente Guido Pizarro fue a Sevilla y nunca pudo ser lo que en Tigres.

Ojala tenga suerte y siga escalando, que como a Marchesín en Portugal las cosas se le den y se logre también por extranjeros que se vea nuestro futbol. América a seguir evolucionando en su desarrollo, nunca un futbolista es más importante que la institución.